domingo, 21 de marzo de 2021

EL BOLSONARO PERUANO: RAFAEL LÓPEZ ALIAGA, EL ODRÍA DEL SIGLO PASADO

 



PERÚ: 200 AÑOS DE ECONOMÍA PARA LAS TRANSNACIONALES


 Escribe JESUS CACERES FANOLA


DE ODRÍA A RAFAEL LOPEZ ALIAGA: EL NEOLIBERALISMO QUIERE SEGUIR GENERANDO MÁS CRISIS POLÍTICA Y POBREZA

 

Estamos a escasos 21 días del 11 de Abril del 2021, fecha en la que se realizarán las elecciones generales en el Perú, y el electorado aún no comienza a deshojar las margaritas, casi un 40% recién definirá su voto por algunos de los candidatos en la contienda, mientras tanto, Lampadia, la CONFIEP, el Grupo Comercio y la República desesperadamente tratan de beneficiar a sus candidatos favoritos.

 

Estas elecciones del 2021, trae un nuevo ingrediente, un liberal extremo, llamado el BOLSONARO PERUANO: RAFAEL LÓPEZ ALIAGA, el Odría del Siglo pasado, solo que mucho más estúpido y relajado, haciendo gala de ser un gran empresario, cuando en realidad se trata de un felipillo más de los tantos que hemos tenido como Presidente.

 

Esta historia comienza en realidad desde inicios de la República, pero nos remontamos a comienzos del siglo XX, el tiempo en la que muchos migraron de la sierra a la gran ciudad.

 

La tasa de mortalidad ascendía a 3.5% en el Perú. Para los años 50, con las mejoras sanitarias y de los servicios de salud luego de la segunda guerra mundial, esa ratio disminuyó y la población creció.

 

Las ciudades de la Costa se desarrollaron. Lima de una manera excepcional, y el resto del país no se limitó a observar. Se inició una migración de la sierra a la costa en busca de mejores ingresos y condiciones de vida. Se concentraron sobre todo en Lima, pero asimismo en Chimbote, Piura, Chiclayo, Trujillo y Tacna. También se dio un movimiento migratorio de la sierra a la selva, pero en menor medida.

 

Ciudades importantes de la sierra como Cusco, Cajamarca y Ayacucho tuvieron una desaceleración demográfica. La excepción fue Huancayo, pues contaba con más dinamismo por su ubicación y auge minero en la sierra central. Al colindar con Cerro de Pasco, por el Norte, y con Huancavelica, por el sur, abastecía a varios asentamientos mineros que la rodeaban.

 

Los migrantes que llegaron a Lima, provenían sobre todo de Ancash, Junín, Huancavelica y Ayacucho. Sin preparación académica, se ubicaban en empleos domésticos y puestos de mano de obra no calificada, con salarios bajos y sumamente explotados. Sus condiciones económicas no les permitían adquirir propiedades o acceder al sistema financiero, por lo que invadieron grandes terrenos, lo que fue dando un nuevo perfil a la periferia de Lima, surgiendo asentamientos y construcciones que reflejaban la precariedad e informalidad de su situación, dando nacimiento a los llamados cinturones de miseria, donde finalmente se asentarían los obreros y subempleados de este país.

 

ODRÍA: DE LA BONANZA ECONÓMICA Y LA GRAN MINERIA A LA CRISIS POLÍTICA

 

Para entender el neoliberalismo, nos remontaremos a la década de los años 50 del siglo pasado. Entre 1948 y 1956 gobernó el Perú el General Manuel Arturo Odría, un político autoritario con algunos rasgos populistas, cuya gestión, sin embargo, trajo un periodo de bonanza económica. Durante el OCHENIO, como se le conoce al gobierno  de Odría se emitieron muchas normas para la liberalización de la economía  en el país con la finalidad de atraer inversiones de grandes capitales del exterior.


Como parte de esas políticas, en 1950 se promulgó el Código de la Minería, mediante dichas normas se le ofreció condiciones atractivas a las empresas norteamericanas para la extracción de nuestros minerales, exonerándoles la doble tributación de sus ganancias, mediante acuerdos de los EE.UU. y el Perú verían como sería la repartición del pago de impuestos. Esta actividad se convirtió en lesiva y atentatoria contra nuestros intereses nacionales, las empresas norteamericanas se llevaban nuestros minerales y el Perú seguía en un estado de extrema pobreza.  Los empresarios peruanos fueron relegados a desarrollar proyectos mineros medianos y pequeños.

 

La gran minería del Centro y Sur del país a través de las empresas  MARCONA MINING CO, y la SOUTHERN PERÚ COPPER CORPORATIÓN,  adquirieron una gran influencia en la vida política del país,, los EE.UU. manejaba el país a su antojo, creando corrupción en las altas esferas del gobierno, enriquecimiento ilícito de Odría, sus Ministros y los altos funcionarios del Estado frente a una   gran  pobreza de  los pueblos andinos y miles de mineros explotados hasta escupir sangre en los socavones, viviendo a duras penas no más  de 50 años de expectativa de vida, miles de trabajadores mineros han fallecidos sin gozar de sus liquidaciones y jubilación.

 

La lucha política del pueblo no se dejó esperar, las empresas norteamericanas arrebataban las tierras de los comuneros para la explotación minera, a afínales de la década de los sesenta e inicios de los setenta, se vivía una convulsión social y laboral en las minas, las huelgas y la represión indiscriminada levantaron a los obreros y campesinos, hasta la llegada de la revolución de Juan Velasco Alvarado, el 3 de Octubre de 1968. El gobierno revolucionario, después de verse superado por las largas huelgas mineras, decretó la nacionalización de todos los enclaves mineros y se formó la Empresa Estatal CENTROMIN PERÚ, HIERRO PERÚ, PETRO PERÚ para que nuestros recursos extractivos y estratégicos sirvan al desarrollo nacional.

 

Después de Velasco, han pasado 45 años, desde que el dictador Francisco Morales Bermúdez le dio un golpe de Estado con el objeto de revertir la propiedad Estatal, todos  los gobiernos neoliberales desde Belaúnde Terry hasta nuestros días han privatizado las empresas públicas, lo seguirán haciendo si seguimos votando por la derecha,  han privatizado hasta el Oxígeno que necesitamos para vivir, nuestros sistema sanitario volvió a colapsar y hemos entrado a un periodo de crisis política, sin salida.

 

La figura del BOLSONARO PERUANO, no es otro diferente a Odría, al de  Keiko, su papá,  Lescano o De Soto, quienes solo conocen este libreto de exoneraciones tributarias para atraer capitales a costa de entregar nuestras riquezas a los extranjeros a cambio de  una limosna que nos tienen postrados en la más absoluta pobreza y dependencia.


Felizmente, llegó el Bicentenario para demostrar que no hay “mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista”, vamos todos al cambio, PEDRO CASTILLO TERRONES, es el cambio. POR UN PERÚ LIBRE.

 

Lima, 21 de Marzo de 2021.


No hay comentarios:

Publicar un comentario