PERÚ: 200 AÑOS DE ECONOMÍA PARA LAS TRANSNACIONALES
DE ODRÍA A RAFAEL LOPEZ ALIAGA: EL NEOLIBERALISMO QUIERE SEGUIR GENERANDO MÁS CRISIS POLÍTICA Y POBREZA
Estamos a escasos 21 días del 11 de
Abril del 2021, fecha en la que se realizarán las elecciones generales en el
Perú, y el electorado aún no comienza a deshojar las margaritas, casi un 40% recién
definirá su voto por algunos de los candidatos en la contienda, mientras tanto,
Lampadia, la CONFIEP, el Grupo Comercio y la República desesperadamente tratan
de beneficiar a sus candidatos favoritos.
Estas elecciones del 2021, trae un
nuevo ingrediente, un liberal extremo, llamado el BOLSONARO PERUANO: RAFAEL
LÓPEZ ALIAGA, el Odría del Siglo pasado, solo que mucho más estúpido y relajado,
haciendo gala de ser un gran empresario, cuando en realidad se trata de un
felipillo más de los tantos que hemos tenido como Presidente.
Esta historia comienza en realidad
desde inicios de la República, pero nos remontamos a comienzos del siglo XX, el
tiempo en la que muchos migraron de la sierra a la gran ciudad.
La tasa de mortalidad ascendía a 3.5%
en el Perú. Para los años 50, con las mejoras sanitarias y de los servicios de
salud luego de la segunda guerra mundial, esa ratio disminuyó y la población
creció.
Las ciudades de la Costa se
desarrollaron. Lima de una manera excepcional, y el resto del país no se limitó
a observar. Se inició una migración de la sierra a la costa en busca de mejores
ingresos y condiciones de vida. Se concentraron sobre todo en Lima, pero
asimismo en Chimbote, Piura, Chiclayo, Trujillo y Tacna. También se dio un
movimiento migratorio de la sierra a la selva, pero en menor medida.
Ciudades importantes de la sierra
como Cusco, Cajamarca y Ayacucho tuvieron una desaceleración demográfica. La
excepción fue Huancayo, pues contaba con más dinamismo por su ubicación y auge
minero en la sierra central. Al colindar con Cerro de Pasco, por el Norte, y
con Huancavelica, por el sur, abastecía a varios asentamientos mineros que la
rodeaban.
Los migrantes que llegaron a Lima,
provenían sobre todo de Ancash, Junín, Huancavelica y Ayacucho. Sin preparación
académica, se ubicaban en empleos domésticos y puestos de mano de obra no
calificada, con salarios bajos y sumamente explotados. Sus condiciones
económicas no les permitían adquirir propiedades o acceder al sistema
financiero, por lo que invadieron grandes terrenos, lo que fue dando un nuevo
perfil a la periferia de Lima, surgiendo asentamientos y construcciones que
reflejaban la precariedad e informalidad de su situación, dando nacimiento a
los llamados cinturones de miseria, donde finalmente se asentarían los obreros
y subempleados de este país.
ODRÍA: DE LA BONANZA ECONÓMICA Y LA GRAN MINERIA A LA CRISIS POLÍTICA
Para entender el neoliberalismo, nos
remontaremos a la década de los años 50 del siglo pasado. Entre 1948 y 1956
gobernó el Perú el General Manuel Arturo Odría, un político autoritario con
algunos rasgos populistas, cuya gestión, sin embargo, trajo un periodo de
bonanza económica. Durante el OCHENIO, como se le conoce al gobierno de Odría se emitieron muchas normas para la
liberalización de la economía en el país
con la finalidad de atraer inversiones de grandes capitales del exterior.
Como parte de esas políticas, en 1950
se promulgó el Código de la Minería, mediante dichas normas se le ofreció
condiciones atractivas a las empresas norteamericanas para la extracción de
nuestros minerales, exonerándoles la doble tributación de sus ganancias,
mediante acuerdos de los EE.UU. y el Perú verían como sería la repartición del
pago de impuestos. Esta actividad se convirtió en lesiva y atentatoria contra
nuestros intereses nacionales, las empresas norteamericanas se llevaban
nuestros minerales y el Perú seguía en un estado de extrema pobreza. Los empresarios peruanos fueron relegados a
desarrollar proyectos mineros medianos y pequeños.
La gran minería del Centro y Sur del
país a través de las empresas MARCONA
MINING CO, y la SOUTHERN PERÚ COPPER CORPORATIÓN, adquirieron una gran influencia en la vida
política del país,, los EE.UU. manejaba el país a su antojo, creando corrupción
en las altas esferas del gobierno, enriquecimiento ilícito de Odría, sus
Ministros y los altos funcionarios del Estado frente a una gran
pobreza de los pueblos andinos y
miles de mineros explotados hasta escupir sangre en los socavones, viviendo a
duras penas no más de 50 años de
expectativa de vida, miles de trabajadores mineros han fallecidos sin gozar de
sus liquidaciones y jubilación.
La lucha política del pueblo no se
dejó esperar, las empresas norteamericanas arrebataban las tierras de los
comuneros para la explotación minera, a afínales de la década de los sesenta e
inicios de los setenta, se vivía una convulsión social y laboral en las minas,
las huelgas y la represión indiscriminada levantaron a los obreros y
campesinos, hasta la llegada de la revolución de Juan Velasco Alvarado, el 3 de
Octubre de 1968. El gobierno revolucionario, después de verse superado por las
largas huelgas mineras, decretó la nacionalización de todos los enclaves
mineros y se formó la Empresa Estatal CENTROMIN PERÚ, HIERRO PERÚ, PETRO PERÚ para
que nuestros recursos extractivos y estratégicos sirvan al desarrollo nacional.
Después de Velasco, han pasado 45
años, desde que el dictador Francisco Morales Bermúdez le dio un golpe de
Estado con el objeto de revertir la propiedad Estatal, todos los gobiernos neoliberales
desde Belaúnde Terry hasta nuestros días han privatizado las empresas públicas,
lo seguirán haciendo si seguimos votando por la derecha, han privatizado hasta el Oxígeno que
necesitamos para vivir, nuestros sistema sanitario volvió a colapsar y hemos
entrado a un periodo de crisis política, sin salida.
La figura del BOLSONARO PERUANO, no
es otro diferente a Odría, al
de Keiko,
su papá, Lescano o De Soto,
quienes solo conocen este libreto de exoneraciones tributarias para atraer
capitales a costa de entregar nuestras riquezas a los extranjeros a cambio
de una limosna que nos tienen postrados
en la más absoluta pobreza y dependencia.
Felizmente, llegó el Bicentenario
para demostrar que no hay “mal que dure
cien años ni cuerpo que lo resista”, vamos todos al cambio, PEDRO CASTILLO TERRONES, es el cambio. POR
UN PERÚ LIBRE.
Lima, 21 de Marzo de 2021.
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