LA REFORMA AGRARIA
Ley No. 17716
del Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada (1968-75)
Aún resuenan
estas palabras pronunciadas el 24 de junio de 1969, por el General Juan Velasco
Alvarado, en su calidad de Presidente de la República. La mayoría del país
vibró de emoción con la dación de la medida más trascendente de la Revolución
Militar. El campesino mayoritariamente analfabeto, era el sector social más
olvidado y pobre; con la Ley de la Reforma Agraria, recibían su libreta
electoral (actual DNI) e ingresaron a formar parte de nuestra sociedad, dejaron
de ser marginales.
Esa
decisión de hacer participar del
desarrollo social, al grupo humano más numeroso, hasta hoy es incomprendida y
duramente atacada por diferentes sectores sociales. Dicen que no se debió
entregar la tierra a los campesinos porque no estaban preparados, se olvidan
que la ley contemplaba en el Título VII,
art. 92, la asistencia técnica y crediticia, estableciendo un seguro agrario
para la producción. Imbricando a la actividad agraria con el proceso de
industrialización.
Este proceso de
capacitación, fiscalización, asistencia, créditos, comercialización y apoyo
continuo del Estado, estaba previsto que duraría más de 30 años, y el paso de
una generación a otra, con la finalidad ulterior de ampliar la producción y el
mercado de consumo de los productos nacionales, para la ciudadanía;
integrando a este grupo social a la
sociedad peruana.
Desde el punto
de vista económico, la ley estaba concebida para motorizar al conjunto de la
sociedad hacia el desarrollo. Lo real y concreto, es que el proceso de Reforma
Agraria, abrió un caudal de poder político para millones de nuevos ciudadanos,
y esto asustó a los militares felones con su cabecilla Morales Bermúdez.
Los gobiernos
que siguieron a la felonía, desde Belaunde a Humala, comprendieron que no
tendrían poder alguno sobre un campesinado organizado dentro de la estructura
neoliberal, aviesamente determinaron su liquidación, abandonando al sector
campesino e incumplir la ley, al no crear los mecanismos crediticios, la
capacitación, el seguro agrícola, la comercialización, la asistencia técnica
productiva y de gestión. Con la miras de “ver morir por inanición” a la Reforma
Agraria, culpabilizando permanentemente hasta hoy a Velasco y volver a
introducir los mecanismos de mercado en la comercialización de tierras, sin
importarles la situación del campesino que vuelve a ser un paria dentro de
nuestra sociedad.
El sistema
neoliberal, ha sido muy eficiente para hacer daño al pueblo de a pié y lucrar
desenfrenadamente. Las élites neo oligárquicas y neo liberales, que son los
peruanos indignos coludidos con los poderes del exterior, como los llamaba
Velasco, son los responsables de nuestro atraso y miseria en el agro y por ende
de todo el país.
Con esta
experiencia, los pueblos del Perú reclaman sus derechos. Se comprende: “Que
todo lo que hay como Estado, los poderes públicos, los partidos políticos
tradicionales, las mismas FFAA en sus altos mandos, las agrupaciones empresariales
y en general la total estructura administrativa del país, llegaron a su límite
de incompetencia; requieren una refundación y un cambio”. El cómo hacer, será
la respuesta de los pueblos; lo mínimo por hacer en un nuevo gobierno, es hacer
una nueva reforma agraria y dar poder al campesino, no hacerlo será formar
parte de la felonía.
Recordemos a los
patriotas que LA PATRIA SE DEFIENDE, LA PATRIA NO SE VENDE,…Velasco vivirá
siempre mientras existan patriotas.
Fuente: Capitán
Eloy Villacrez.
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