Díaz-Canel: «Si hubiéramos
globalizado la solidaridad como se globalizó el mercado, la historia sería
otra»
Palabras del Presidente de la República de Cuba
durante la Cumbre virtual “Unidos contra la COVID-19”, convocada por Azerbaiyán
en su condición de presidente pro tempore del Movimiento de Países No
Alineados.
4 de mayo de 2020 08:05:17
Excelencias:
Estimado Presidente Ilham Aliyev;
Estimado Presidente Ilham Aliyev;
Distinguidos Jefes de Estado y de Gobierno;
Agradezco a Azerbaiyán, Presidente del Movimiento
de Países No Alineados, por convocar esta reunión para intercambiar sobre los
esfuerzos urgentes y necesarios que nos permitan enfrentar la COVID-19.
Aprovecho la ocasión para felicitar a Uganda, que
asumirá la Presidencia del Movimiento a partir del año 2022. Al
asegurarle todo el apoyo de Cuba, le deseamos éxitos en su gestión.
Debo denunciar, por su gravedad, el ataque
terrorista con fusil de asalto y más de 30 impactos de bala sufrido por nuestra
Embajada en Washington el pasado 30 de abril y reclamar al Gobierno de Estados
Unidos una investigación exhaustiva y rápida, sanciones severas y las medidas y
garantías de seguridad de nuestras misiones diplomáticas en su territorio, tal
como está obligado por la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de
1961.
Excelencias:
El Movimiento de Países No Alineados ha demostrado
su pertinencia en la actual situación. Así lo corroboran los comunicados
adoptados en apoyo a la Organización Mundial de la Salud y sobre la COVID-19,
en los que se promueven la unidad global, la solidaridad y la cooperación
internacional; llaman a apartar las diferencias políticas y a eliminar las
medidas coercitivas unilaterales que violan el Derecho Internacional y la Carta
de las Naciones Unidas y limitan la capacidad de los Estados para enfrentar
eficazmente la pandemia.
Reconocemos el papel de la Presidencia azerí del
Movimiento de Países No Alineados en la materialización de estas iniciativas.
La COVID-19 ha demostrado ser un reto global.
No distingue fronteras, ideologías o niveles de desarrollo. De ahí que la
respuesta también debe ser global y mancomunada, superando las diferencias
políticas.
No es posible predecir con exactitud la dimensión
de sus consecuencias. La alta cifra de infectados y las cuantiosas
pérdidas humanas muestran su devastador impacto en un mundo cada vez más
interconectado que, sin embargo, no ha sido capaz de enaltecer esta interconexión
de manera solidaria y hoy paga el precio de su incapacidad para corregir los
graves desequilibrios sociales. Digámoslo con honestidad: si hubiéramos
globalizado la solidaridad como se globalizó el mercado, la historia sería
otra.
Falta solidaridad y cooperación. Esos son
valores que no pueden ser sustituidos por la búsqueda de las ganancias,
motivación exclusiva de quienes, rindiendo culto al mercado, se olvidan del
valor de la vida humana.
Cuando se repasan los hechos que han puesto en vilo
a la humanidad en los últimos cuatro meses, es indispensable mencionar los
costosos errores de las políticas neoliberales, que llevaron a la reducción de
la gestión y las capacidades de los Estados, a excesivas privatizaciones y al
olvido de las mayorías.
Esta pandemia ha demostrado la fragilidad de un
mundo fracturado y excluyente. Ni los más afortunados y poderosos podrían
sobrevivir en ausencia de quienes con su trabajo crean y sostienen las
riquezas.
Las múltiples crisis que está generando avizoran
demoledores y perdurables efectos para la economía y todas las esferas de la
sociedad.
La pandemia agudiza los acuciantes problemas de un
planeta plagado de profundas desigualdades, en el que 600 millones de personas
viven en extrema pobreza y donde casi la mitad de la población no tiene acceso
a servicios básicos de salud, en cuya gestión se impone el mercado por encima
del noble propósito de salvar vidas.
Mientras, el gasto militar global supera los 1,9
millones de millones de dólares, de los cuales más del 38 %, 732 000 millones,
corresponden en el año 2020 a los Estados Unidos de Norteamérica.
Comparto el siguiente pensamiento del Comandante en
Jefe de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz: “...en vez de invertir tanto en
el desarrollo de armas cada vez más sofisticadas, los que tienen los recursos
para ello debieran promover las investigaciones médicas y poner al servicio de
la humanidad los frutos de la ciencia, creando instrumentos de salud y de vida
y no de muerte”.
Aboguemos, junto al Secretario General de las
Naciones Unidas, por el fin de las guerras, incluidas las no convencionales,
para salvaguardar el derecho a la paz.
Rechazamos las recientes y graves amenazas
militares del Gobierno de Estados Unidos contra la hermana República
Bolivariana de Venezuela.
Reafirmamos nuestra solidaridad con el pueblo y el
Gobierno de Nicaragua, y rechazamos las medidas que atentan contra su derecho
al bienestar, la seguridad y la paz.
Los intentos de reimponer el pasado neocolonial a
Nuestra América, declarando públicamente la vigencia de la Doctrina Monroe,
contravienen la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz.
En este complejo escenario, Estados Unidos ataca el
multilateralismo y descalifica injustamente el papel de las organizaciones
internacionales, en particular a la Organización Mundial de la Salud.
Excelencias:
En la XVIII Cumbre de Bakú, en octubre de 2019,
convocamos a fortalecer el Movimiento ante los desafíos internacionales,
convencidos de que solo la unidad podría salvarnos. Corresponde al Movimiento
de Países No Alineados liderar las acciones para la eliminación de la impagable
deuda externa que cargan nuestros países y para el levantamiento de las medidas
coercitivas unilaterales a las que algunos de nosotros estamos sometidos, que
junto a los efectos socioeconómicos de la COVID-19 amenazan el desarrollo
sostenible de los pueblos.
Debemos enfrentar el egoísmo y estar conscientes de
que la ayuda proveniente del Norte industrializado será escasa; por eso debemos
complementarnos, compartir lo que tenemos, apoyarnos mutuamente y aprender de
experiencias exitosas. Una opción útil podría ser retomar en el futuro los
encuentros anuales de Ministros de Salud del Movimiento de Países No Alineados,
en el marco de la Asamblea Mundial de la Salud.
Cuba está dispuesta a compartir sus experiencias
con los países del Movimiento, a los que nos unen lazos históricos de amistad.
Para Cuba el desafío ha sido descomunal.
Meses antes de que se desatara la pandemia de la COVID-19, ya enfrentábamos un
brutal recrudecimiento de la política de bloqueo económico, comercial y
financiero de los Estados Unidos, dirigida a estrangular totalmente nuestro
comercio, el acceso a los combustibles y a las divisas.
Con enormes esfuerzos y sacrificios hemos logrado
sostener en esas condiciones el sistema de Salud Pública universal, gratuito y
de profesionales consagrados y de alta calificación, reconocidos mundialmente a
pesar de las groseras y difamatorias campañas de descrédito de poderosos
adversarios.
En medio de ese contexto asfixiante de guerra
económica, aparecieron las primeras señales de alerta sobre la posibilidad de
que la COVID-19 se transformara en pandemia y eso elevó la magnitud de los
retos.
Inmediatamente se elaboró un plan de medidas,
sustentadas en nuestras fuerzas fundamentales: un Estado organizado,
responsable de velar por la salud de sus ciudadanos y una sociedad con elevado
grado de participación en la adopción de decisiones y en la solución de sus
problemas.
La obra de años dedicando recursos a desarrollar y
fortalecer la salud y las ciencias ha sido puesta a prueba, y la evolución de
la pandemia en Cuba en los últimos dos meses está demostrando cuánto pueden
impactar las políticas de inversión social en el enfrentamiento a los mayores y
más inesperados desafíos.
A pesar de las inmensas restricciones que nos
impone el prolongado bloqueo económico, comercial y financiero de los Estados
Unidos, que convierten en un gran reto cotidiano el mantenimiento del sistema
de salud pública y, en particular, el enfrentamiento a esta pandemia, hemos
garantizado el derecho a la salud del pueblo cubano con la participación de
toda la sociedad.
El desarrollo científico nos ha permitido el
tratamiento exitoso de disímiles enfermedades trasmisibles, tanto en el país
como en otras naciones. En esta ocasión, la industria farmacéutica ha
intensificado la producción de medicamentos de probada eficacia en la
prevención y enfrentamiento a la COVID-19, que hemos
compartido con otros países.
En respuesta a solicitudes recibidas, 25 nuevas
brigadas de profesionales cubanos de la salud se han incorporado en el último
mes a los esfuerzos de 23 países para combatir la pandemia, sumándose a los que
ya prestaban servicios en 59 Estados, muchos de ellos miembros del Movimiento
de Países No Alineados.
Cuba no abandonará su vocación solidaria, aunque el
Gobierno de los Estados Unidos, por razones políticas, continúe atacando y
obstaculice la cooperación internacional que nuestro país brinda, lo que pone
en riesgo el acceso de decenas de millones de personas a los servicios de
salud.
Excelencias:
Es nuestra responsabilidad aunar voluntades y
esfuerzos para enfrentar este inmenso reto.
Impulsemos la cooperación y la solidaridad
internacionales. El empeño de todos será decisivo.
Hagámoslo por el derecho a la salud, la paz y el
desarrollo de nuestros pueblos, con estricto apego a los principios
fundacionales del Movimiento.
¡Hagámoslo por la vida!
Muchas gracias.
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