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En principio, debemos señalar que
nuestra opción política apuesta por la transformación en función de los más
pobres de nuestro país. Así, sostenemos que la fuerza primordial de todos los
procesos productivos es el trabajo, que la riqueza que este produce debe
cumplir principalmente una función social y que el ordenamiento social,
económico y jurídico de nuestro país debe partir de estos principios, impulsado
por todas las organizaciones políticas, gremiales y sociales progresistas.
Nuestra propuesta, traducida en un programa de gobierno, está al alcance de
todos en la página web del Partido Político Nacional Perú Libre, donde pueden encontrar
nuestro plan de gobierno.
Consideramos que este programa de
transformación social debe ser ejecutado desde el gobierno con participación de
todo el pueblo organizado, de manera democrática; con gradualidad, pero sin
pausa; con energía, pero sin prepotencia, promoviendo el desarrollo, la
tecnología y destruyendo la corrupción y castigando a los corruptos, con
justicia y equidad. Esta es la razón por la que participamos en política.
Nos diferenciamos de otras
organizaciones que han levantado las banderas de “transformación”, que
lamentablemente han fracasado por intereses personales, absurdos mesianismos y
egoísmos inexcusables. Por ello es que los legítimos intereses del pueblo
peruano han sido postergados dejando a los partidos de la derecha más recalcitrante
la libertad de acción para tener el poder y entronizar una Constitución
Política neoliberal que nos gobierna desde hace más de 27 años y que debe ser
reemplazada por una nueva Carta Magna.
Somos conscientes del crucial momento
que atraviesa el mundo, en particular los más pobres, producto de la crisis
económica mundial y profundizada por la crisis sanitaria de la pandemia del
COVID-19. Creemos que, por desgracia, la situación que atraviesa nuestro país
aún puede ser empeorada y todos debemos combatir esta pandemia. Si alguna cosa
positiva podemos rescatar de esta terrible situación es que ha demostrado que
el neoliberalismo y la economía de mercado no sirven al pueblo, jamás han
servido; pues ya hemos comprobado que el sistema de salud, el educativo y otros
solo están listos para atender bien a los ricos, dejando a la mayoría desnuda
frente a la crisis. Solo un sistema social que ponga por delante la atención de
las necesidades básicas de todo el pueblo peruano podría haber adoptado
soluciones más equitativas.
Desde el Congreso impulsaremos la
convocatoria de una Asamblea Constituyente que pueda ser instalada en el más
breve plazo para que pueda realizarse un referéndum aprobatorio de la nueva
Constitución antes de julio del 2022. Nosotros hemos propuesto, desde el primer
momento, una nueva Constitución Política, propuesta que hoy en día es secundada
hasta por algunas organizaciones de derecha. Tal vez sea posible lograr este
consenso en el nuevo Congreso.
Asimismo, impulsaremos disposiciones
constitucionales claves para que el Estado pueda participar activamente en la
economía, como órgano activo y regulador allí donde haya excesos, y en sectores
fundamentales de actividad económica de la nación, como son la producción de
energía, de alimentos básicos, de medicinas y servicios médicos, la educación,
etc. Se impulsará la reforma política de manera integral, es decir, la reforma
de los sistemas de representación (Congreso, asambleas regionales y concejos de
gobierno local) para que representantes y representados interactúen de manera
permanente; de partidos políticos bajo los principios de democracia interna; de
gobierno, bajo los principios de la descentralización, la rendición de cuentas
y la lucha contra la corrupción y de elecciones, para fortalecer la
participación ciudadana.
Para nuestra organización política también es de particular
importancia impulsar acciones orientadas a la seguridad alimentaria de la
población, apoyando a la agricultura familiar, que es la base de la producción
agrícola del país.
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