Luis Rodríguez / 09 de abril 2021
Al igual que ayer, los grupos de
poder económico, viejos adoradores del becerro de oro, apoltronados en sus
sillones giratorios de cuero, alrededor de una gran mesa de vidrio; no
escatimaron esfuerzos en barajar, una serie de nombres para reemplazar a sus alfiles
digitados que representan el fracaso de su política neoliberal como los
Kuczynski, Vizcarra, Merino y Sagasti.
Ensimismados en preservar el viejo
orden constitucional y el corrupto sistema neoliberal que les garantice la
continuidad de su permanencia en el poder, varios nombres fueron surgiendo como
serpientes de una cesta hindú, personajes oscuros que de la noche a la mañana
aparecieron como posibles aspirantes al sillón presidencial, para
promocionarlos a través de su prensa mediática, como piezas de recambio.
Allí estában los nuevos rostros de la
baraja de la CONFIEP, como López Aliaga, De Soto, Guzmán y Forsyth que se
unieron a la manada de los ya rankeados parásitos de la política limeña como
Keiko, Lescano, Beingolea, Ollanta, Salaverry Urresti, Acuña y paro de contar.
Estos últimos ganaron los titulares
de la prensa controlada por los grupos de poder para posicionar su imagen y
quedarse en el imaginario popular como una alternativa de poder real.
SIGUIENTE PASO
Como segundo paso llegaron las encuestadoras
para reforzar esa imagen sembrada por los diarios y colocarlos en los primeros
lugares de las listas electorales, según sus intereses de clase.
Y como contraparte para dibujar el
mapa “democrático” electoral, también promociono al contendor que venía del
otro lado de la vereda. Es decir, de las izquierdas agrupadas, en un frente,
(JP), cuya fortaleza electoral giraba en torno a un nombre (Veronika), pero con
una gran debilidad orgánica representada por Nuevo Perú, que tuvo el teje y
maneje de la campaña.
Su gran error -tirarse al centro-
moderar sus propuestas y dejar el espacio libre para una izquierda emergente
que proclamaba su militancia socialista.
EL DEBATE
La estratagema del “Debate
Presidencial” en el que los grupos de poder, no solo manejaron la dirección y
conducción del evento, sino la temática, los tiempos y las discusiones
domésticas; dejaron una incertidumbre sobre los temas de fondo que el país
necesitaba saber. Salvo honrosas excepciones.
Este conversatorio de candidatos fue
planificado para la distracción de las tribunas y la antesala de un partidor
donde figurarían los “ganadores del debate” para legitimar las posibles
alternativas para ocupar el sillón presidencial.
APARECE CASTILLO
Castillo había sido invisibilizado
por la prensa mediática y hasta hace unas semanas, ni siquiera aparecía en las
encuestas. Sin embargo, la estrategia de Perú Libre era otra.
Lima, por ser la capital que reúne el
mayor número de votantes, fue la plaza electoral preferida por los candidatos
que terminarían saturando visualmente al elector con avisos en todos los
lugares, tamaños y colores.
Mientras tanto Castillo, recorría
caseríos y pueblitos alejados de la gran ciudad llevando su mensaje en forma
sencilla y escuchando las necesidades de los pobladores de los pueblos
olvidados.
Después siguieron las provincias y
distritos, para finalmente llegar a las capitales de los diferentes
departamentos; siempre acompañado de una militancia sacrificada, pero
ideológicamente esclarecida.
La prensa partidaria, más el
desarrollo de las redes sociales, fueron pieza clave para llegar con el mensaje
del candidato, a nivel nacional e internacional. Una red tejida con todos los
comités de base, en todos los rincones del país permitió el desarrollo de la
campaña de Pedro Castillo, sumándose y fortaleciéndose aún más, la con la
incorporación de los docentes sindicales y los simpatizantes que hicieron suyas
las propuestas de Perú Libre.
Mientras tanto los candidatos en
Lima, eran invitados por los diferentes canales de tv y entrevistados por la
prensa mediática, ganando no solo titulares sino páginas enteras donde
promocionaban no solo su imagen sino sus propuestas sobre un país imaginario.
DEL SUEÑO A LA PESADILLA
En medio de esta campaña electoral,
atípica y tramposa, algo paso. De pronto un escalofrió recorrio la columna de
los agrupados en la CONFIEP. Algo estaba sucediendo al interior del país. El
candidato de un partido joven, al que creyeron haber sepultado, condenando de
forma irregular a su líder Vladimir Cerrón, para liquidar al partido Perú
Libre; empezó a crecer como la espuma, en el centro y sur del país.
Entonces se encendieron todas las
alarmas para contener esta marea roja nacida en las entrañas del pueblo. Las
encuestadoras disimularon muy bien sus amañados informes de 1.3% creció a
2.4%.... cuando la realidad era otra.
Los simpatizantes de JP,
enloquecieron de pronto; pidiendo el retiro de la candidatura de Castillo y el
endiosamiento de sus votos, para pasar a la segunda vuelta. Luego vinieron los
ataques y los insultos contra Castillo.
Finalmente las encuestadoras
mentirosas, cerraron sus estudios de medición dándole un sexto lugar a Perú
Libre con un 4.5% (in crescendo).
Las alertas no funcionaron. La prensa
y canales mediáticos trataron de minimizar las declaraciones de Castillo. Allí
quedaran como testimonio las preguntas de los diversos entrevistadores,
convertidos en inquisidores de nuevo cuño, junto a viejos políticos de la
otrora izquierda, artistas, poetas, periodistas y caricaturistas infames, que como
en fuente ovejuna, “todos a una” arremetieron contra Castillo.
Pero ya era tarde Perú Libre, había
dejado de ser un partido pequeño, para convertirse en una alternativa real de
cambio.
Sea cual fueran los resultados
electorales, ya existe un ganador y es el pueblo y su vanguardia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario