lunes, 20 de septiembre de 2021

DEL NEOLIBERALISMO DE FRANCKE A LA GRAN FRUSTACIÓN

 

PARTE I: Pedro Francke es el ministro de Economía y Finanzas del Perú y, en tal condición, presentó el presupuesto del sector público para el año fiscal 2022.



En realidad, esperábamos otra cosa, no por Pedro Francke, sino por el gobierno al que pálidamente o, mejor, contradictoriamente representa.

 

Porque el presupuesto de Francke no guarda correspondencia ni biunívoca ni imperfecta con los principios del Gobierno Popular, dando por cierto el discurso del 28 de julio pasado.

 

Más bien, guarda simpática relación con la oposición que durante la presentación del ministro guardó los colmillos que afila para cuando se presente Maraví.

 

Porque Francke ha presentado un presupuesto neoliberal. Continuista hasta en los números, hasta en las cantidades. Un congresista de Podemos, desde un punto de vista técnico y no principista, lo ha dicho mejor que cualquier otro: el presupuesto de Francke es el mismo que hemos tenido más de 40 años y solo presenta un incremento nominal, pero ningún cambio. Es más de lo mismo.

 

En el presupuesto Francke. las operaciones de crédito, el endeudamiento,  es la segunda fuente principal de recursos.


Es más, ese incremento nominal previsto para el año 2022, como todos los neoliberales, Francke lo mide con respecto al presupuesto de apertura (PIA) del año 2021 y no con respecto al presupuesto ejecutado del 2021. Un sano criterio de practicidad, sino de objetividad, debiera hacer una comparación del nuevo presupuesto previsto con el presupuesto ejecutado o con el modificado que está en ejecución en el año corriente (PIM), que son los que –práctica social de por medio – nos miden más realistamente la necesidad de servicios públicos y la capacidad de gasto para su atención por parte del Estado.

 

Claro que este no es un presupuesto de Gobierno Popular, es el presupuesto que dejó elaborado Sagasti o sea su ministro Waldo Mendoza y que Francke ha hecho suyo, sin una sola palabra de crítica. Por supuesto que no tuvo rubor cuando, justificando su evidente giro personal, dijo que una cosa es como opinador y otra cuando se está sentado en el escritorio (de ministro).

 


Se mantiene una política de endeudamiento mediante operaciones oficiales de crédito (38 mil millones). Simultáneamente los pagos por servicio de deuda crecen (22 mil millones). Nos zambullimos en el círculo
de endeudarnos para pagar deuda.


Francke no solamente no ha criticado al neoliberalismo, sino que ha hecho apología de él. El Marco Macroeconómico Multianual aprobado a pedido del ministro de Economía y Finanzas es apología pura y dura, al neoliberalismo. Y el presupuesto de Francke es la consecuencia lógica de esa apología repetitiva, absurda desde el punto de vista de las necesidades de la población hacia la cual tiene que ir el gasto presupuestal.

 

Ni un solo indicador de desarrollo humano, ni una sola mención a la productividad o al desempleo, al desarrollo o atraso tecnológico, nada sobre la discriminación que sufren millones de peruanos sin derecho a los servicios básicos. El presupuesto primario neoliberal de Francke no mira al Perú, no mira las necesidades de los pueblos, se fundamenta en estadísticas de la economía externa y en su comparación con indicadores macroeconómicos que no tienen correlato en la economía familiar, que finalmente es el fin verdadero de toda economía.

 

La curiosa situación política del Perú tiene un elemento más. El Gobierno Popular tiene un presupuesto neoliberal. La aliada de Pedro Castillo le ha prestado, para el MEF, un ministro que no es ministro del gobierno popular sino de la oposición.

 

Esto debe estar desde ahora muy claro: porque a la hora que el pueblo pida cuentas, se las tendrá que pedir a quienes están cobrando tan caro su  apoyo.

 

El, ayer nomás, sabiondo crítico del monopolio cervecero, hoy -ya desde el escritorio- se olvidó de su posición crítica (no de clase, que es otra cosa) y calló en todos los idiomas sobre esos monopolios que no pagan los impuestos con los que hay que alimentar precisamente el presupuesto.

 

Y por el contrario, dijo que esta vez Salud se incrementa poco, porque el año pasado ya se incrementó mucho.

 

La apología al neoliberalismo de la que Francke está nutrido (y que profesionalmente lo desnutre) le impide elaborar una propuesta presupuestal al servicio del pueblo.

 

Hay aquí una incapacidad ya no profesional, sino de clase.

 

No podemos aceptar un presupuesto donde la metodología de su formulación son ajenas a las necesidades del pueblo, que no nacen de una evaluación objetiva de la ejecución del presupuesto del año anterior. Resultado de ello es que el presupuesto primario neoliberal de Francke, prolonga el centralismo distribuyendo el 71% al gobierno central, dividiendo el resto entre los gobiernos locales y los gobiernos regionales.

 

Cuando se vayan agudizando los problemas económicos y estallen las protestas regionales, posiblemente Francke ya no esté la frente del timón económico, porque su precario récord laboral lo pinta como alguien que evita la «fatiga». Pero, cuando el pueblo juzgue, la prensa mediática sin duda, lo protegerán; y direccionarán toda la responsabilidad a Pedro Castillo; al Pedro, «Inocencio»; al que sufre el acoso de la derecha y de los que en verdad son aliados de ésta, los que disfrazados de «progresistas» se han infiltrado en el Gobierno Popular y ahora cobran su «apoyo» al precio de contaminarlo al punto de poner en riesgo su carácter popular.

 

Escrito por el Periodista: Jaime Luis Chihuala


No hay comentarios:

Publicar un comentario