Según ha informado este viernes Greenpeace, el pasado martes
la Cámara de Diputados de Brasil aprobó el proyecto de ley PL2633, “una
legislación que quiere legitimar el acaparamiento de tierras públicas” y que
para la ONG “está directamente relacionada con la deforestación de un tercio de
toda la superficie que pierde la Amazonia brasileña”.
La organización advirtió que “si el Senado brasileño aprueba
la ley de acaparadores de tierras, el colapso de la Amazonía se precipitará,
destruyéndose partes de la selva tropical que son clave para prevenir los
peores escenarios de emergencias climáticas y de biodiversidad”.
El Instituto Brasileño de Investigaciones Espaciales (INPE)
ha hecho públicos los datos de deforestación entre agosto de 2020 y julio de
2021, registrándose una pérdida de 8.712 kilómetros cuadrados (Km2), la segunda
mayor cantidad de deforestación anual jamás medida por el sistema de alerta
DETER-B.
“Tras el proceso de desmantelamiento de las leyes de
protección ambiental, el gobierno de Jair Bolsonaro y el congreso brasileño
están tratando ahora de recompensar a los que practican la deforestación ilegal
y el robo de tierras”, ha afirmado la portavoz de Greenpeace Brasil, Cristiane
Mazzetti, quien ha añadido que “esto empeorará la actual crisis climática y de
biodiversidad”.
Según ha informado este viernes Greenpeace, el pasado martes
la Cámara de Diputados de Brasil aprobó el proyecto de ley PL2633, “una
legislación que quiere legitimar el acaparamiento de tierras públicas” y que
para la ONG “está directamente relacionada con la deforestación de un tercio de
toda la superficie que pierde la Amazonia brasileña”.
“A pesar de las recientes promesas de Bolsonaro de abordar la
deforestación ilegal, y al tiempo que espera negociar acuerdos comerciales con
la Unión Europea, Estados Unidos, Reino Unido y Canadá, él y sus aliados están
impulsando un conjunto de proyectos de ley que permitirían una mayor
deforestación y socavarían el derecho de los pueblos indígenas sobre sus
territorios”, ha dicho.
“Pocos creían en las falsas promesas de Bolsonaro de reducir
en un 10% la deforestación. Mientras su gobierno sigue debilitando la capacidad
de las agencias ambientales para hacer cumplir la ley, por tercer año
consecutivo se vuelve a recurrir a las fuerzas armadas para investigar delitos
ambientales, una estrategia que ha demostrado ser ineficaz”, continua Mazzetti.
En este sentido, ha advertido de que “si el Senado brasileño
aprueba la ley de acaparadores de tierras, el colapso de la Amazonía se
precipitará, destruyéndose partes de la selva tropical que son clave para
prevenir los peores escenarios de emergencias climáticas y de biodiversidad”.
Cada año, Greenpeace Brasil sobrevuela el Amazonas para
monitorear la deforestación y los incendios forestales sobre alertas del
sistema Deter (Sistema de Detección de Deforestación en Tiempo Real) y Prodes
(Proyecto de Monitoreo Satelital de la Amazonia Brasileña), además de puntos de
calor notificados por el Inpe (Instituto Nacional de Investigaciones
Espaciales), en los estados de Amazonas, Rondônia, Mato Grosso y Pará.
En un sobrevuelo realizado en la última semana de julio,
Greenpeace localizó incendios en varias zonas afectadas por la deforestación,
incluida una zona deforestada que abarcaba 2.716 hectáreas (equivalente a 3.888
campos de fútbol). Es de esperar que estas áreas parcialmente taladas ardan en
las próximas semanas, cuando la vegetación restante se vuelva más seca y más
susceptible al fuego.
Original source: América Economía
Foto: Diario El Mundo
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