Puquios, riachuelos, manantiales, ríos, lagunas, lagos, el
agua en todas sus formas dentro del distrito de Ocuviri, provincia de Lampa,
región Puno, fueron reconocidas como sujeto de derechos.
Ello, tras la aprobación de la Ordenanza Municipal
N°05–2021-MDO/A que presentó el alcalde Rómulo Ccasa Cucho durante la sesión
ordinaria del Consejo Municipal realizada el 31 de agosto.
Así lo informó el portal del Proyecto Andino de Tecnologías
Campesinas (PRATEC) sobre el dispositivo que declara de interés distrital el
reconocimiento de la Madre Agua – Yaku-Unu como sujeto de derechos.
La finalidad es dar continuidad y consolidar acciones de
conservación de la diversidad biológica, cultural y paisajística existente.
Asimismo, garantizar la funcionalidad de los servicios
ambientales como una oportunidad de desarrollo local y valoración socio
ambiental por parte de la ciudadanía y todos los seres vivientes.
La ordenanza reconoce la Madre Agua – Yaku-Unu como un ser
viviente sujeto de derechos en todas sus formas, cualidades inherentes al ser
humano.
De esta manera se busca reforzar y asegurar la protección,
conservación, mantenimiento y regeneración del agua, de cuya existencia depende
la vida de los pueblos y todas las formas de vida en la Pachamama – Madre
Tierra.
La iniciativa surge ante los fuertes impactos de la actividad
humana en el medio ambiente, situación que demanda cada vez más de nuevas
formas de tutela ambiental.
Se reconoce la estrecha relación entre el ambiente y los
derechos humanos ante la insuficiencia de una visión proteccionista que solo se
centra en garantizar el mejor aprovechamiento de los bienes naturales.
Esa visión proteccionista no es suficiente porque deja de
lado el desarrollo sustentable y el reconocimiento del derecho a que todo ser
vivo goce de un ambiente sano y ecológicamente equilibrado.
En tal sentido, la ordenanza busca fortalecer y revitalizar
la cosmovisión andina sobre la Madre Agua – Yaku-Unu Mama, las prácticas
culturales y las redes de relacionantes sociales en torno al agua.
Se considera que ello es la mejor estrategia de resiliencia
frente a la crisis climática y la voracidad de la cultura occidental, indica la
nota informativa del PRATEC.
Además, contempla la importancia de construir políticas
públicas para la crianza del agua, que permita la seguridad hídrica para
satisfacer las necesidades humanas, así como los ecosistemas, deidades y todas
las formas de vida.
Asimismo, tiene como fin fortalecer las economías solidarias
y seguridad alimentaria que aseguren la regeneración del agua y la madre
naturaleza – Pachamama.
Cabe mencionar, que los pueblos andinos poseen una cultura
del agua, que se manifiesta en todos los planos de su manejo, en la limpia de
canales, en los ritos para pedir lluvia y en las ceremonias para aumentar el
caudal de las vertientes.
En dichas prácticas la tierra es la principal proveedora y el
agua es la fuente de la vida y responsable de la fertilización de la tierra.
La Madre Agua – Yaku-Unu Mama, en la cosmovisión de los
pueblos originarios de la región Puno se caracteriza por un fuerte espíritu en
favor de la sustentabilidad ambiental.
Su relación con la naturaleza es sagrada, especialmente con
la tierra, el agua, el sol y el viento, que no solo son fuentes de vida, sino
que constituyen también un factor de unidad e identidad.
En ello radica la importancia de reconocer que el agua es un
ser viviente y que se manifiesta según el comportamiento de los seres humanos,
e s decir, recibimos
respuestas en la convivencia según nuestro vivir y relacionamiento con ella.
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