Interesante la columna de Avishai
Matia en ynet del 30/06/2016 sobre las notas escolares. Sostiene que una
sociedad ansiosa por los resultados (notas) más que procesos (aprendizaje)
olvida con frecuencia que los niños son seres humanos con sentimientos,
inteligencia y curiosidad. Es importantes saber cómo llegar a ellos más que
darles órdenes para que sean cumplidas en aras de alcanzar la excelencia. Se
olvida que necesitan ser abrazados, entendidos, alentados, orientados,
ayudarles a tener tranquilidad y paz interior.
Las notas así sean altas no miden
nada y las libretas de notas de los diversos cursos (cuyos contenidos olvidarán
en pocos días) no reflejan nada significativo de la vida de los niños. Lo que
no olvidarán será las relaciones con sus amigos, los vínculos significativos
con los profesores que los escuchaban
con atención y orientaban con afecto,
porque lo que importa de la vida escolar no son las notas que alcanzan
los alumnos sino las relaciones humanas que se forjan dentro del ambiente escolar. Niños que aprenden a ser
buenas personas, compañeros comprometidos, participantes activos de actividades
que se orientan al bien común, también tendrán éxito en la vida adulta, serán
queridos en sus hogares, y podrán
avanzar en su vida profesional. Las personas
más felices son las que tienen amigos,
y no aquellos que sacaron mejores notas en el colegio.
De modo que pongamos el foco en
convertir al colegio en un lugar más agradable, y generar todo tipo de
actividades que apuntalen su autoestima, sus buenas relaciones sociales y les
dé mayor seguridad personal
(OJO no se trata de no evaluar. Se
trata de no etiquetar a los alumnos usando notas o letras para comparar, jerarquizar,
discriminar, golpeando la autoestima de unos niños o exacerbando la vanidad de
otros. Dejar de usar notas como sinónimo de prestigio, éxito, logro, porque
poco tienen que ver con lo que los niños son como personas y con las
habilidades para la vida)
FUENTE: Correo 08 07 2016
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