No hay respiro
para la deforestación de la Amazonia
Tala
indiscriminada para siembra de pastos, cultivos ilícitos y desarrollo de
infraestructura son las principales causas de deforestación en bosques
amazónicos colombianos.
En el centro de
Bogotá, la capital colombiana, una casona histórica guarda celosamente una
muestra de los más grandes tesoros no sólo de Colombia, sino del mundo. En
delicadas hojas de papel, dobladas a manera de sobre o haciendo las veces de un
álbum fotográfico, filas de anaqueles conservan cerca de 107,000 ejemplares de
plantas y unas 8,200 especies de flora georeferenciadas de la Amazonia colombiana.
Durante años,
los biólogos del Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas, o
Instituto SINCHI, han nutrido este herbario como un legado para recordar la
riqueza ambiental del pulmón verde que respira en el sur del país.
Son 483,164 Km²,
el 42% del territorio nacional, amenazado por la deforestación que le ha hecho
perder una tasa de 110,215 Ha por año desde 1990.
Aunque Colombia
logró reducir este fenómeno en un 17%, según la tendencia de crecimiento de la
deforestación estimada para el 2018, lo que se tradujo en 40,360 Ha de bosque
natural salvadas a nivel nacional y 5,971 en la Amazonia, las cifras siguen
siendo preocupantes. El 70% de la deforestación del año pasado se concentró en
la región amazónica, aumentando en un 4.6% respecto al 2017.
“En la Amazonia
es donde el gobierno ha enfocado sus principales esfuerzos para reducir la
deforestación en el país, para dar alternativas sostenibles, para hacer un
mejor manejo del bosque, pero también para incrementar las actividades de
control y vigilancia”, explicó Ricardo José Lozano, ministro de Ambiente y
Desarrollo Sostenible en una rueda de prensa a la que asistió Noticias Aliadas.
La
praderización, pérdida de bosque húmedo tropical para ser sembrado con pastos;
los cultivos de uso ilícito y desarrollo de infraestructura, son los
principales factores que están afectando la Amazonia colombiana.
El Instituto
SINCHI realiza desde el año 2002 seguimiento a diferentes aspectos de esta
región del país, entre ellos el Sistema de Monitoreo de Coberturas de la Tierra
de la Amazonia Colombiana (SIMCOBA), que tuvo su último reporte el 2018.
Según este
estudio, la praderización le ha robado 185,433 Ha de bosque nativo en los
últimos 16 años, en un proceso continuo y permanente en donde el uso se centra
en la ganadería extensiva.
“Tenemos un
saldo muy grande entre lo que se transforma de bosques a pastos, y esto es
insostenible social y económicamente”, aseguró a Noticias Aliadas Uriel Gonzalo
Murcia, coordinador del programa de investigación Modelos de Funcionamiento y
Sostenibilidad del Instituto SINCHI.
Políticas
contradictorias del Estado
En concepto de
la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible (FCDS), los
cambios en la Amazonia colombiana son la suma de actividades de tipo ilegal,
políticas sectoriales mal planificadas, reacción tardía del Estado frente a las
diferentes problemáticas y políticas contradictorias. Por ejemplo, mientras se
estimulan acciones de conservación, se promueve a la vez el desarrollo de
hidrocarburos en el departamento amazónico del Putumayo.
En el artículo
“Transformación de la Amazonia. Repercusiones del efecto sinérgico entre
políticas erráticas e ingobernabilidad”, publicado en la edición 11 del 2018 de
la Revista Colombia Amazónica del Instituto SINCHI, Rodrigo Botero, director de
la FCDS, y Adriana Rojas, coordinadora de Sistemas de Información Geográfica de
la misma institución, aseguraron que los nuevos grupos armados ilegales han
consolidado su presencia territorial en zonas de frontera de deforestación,
fundamentados en el apoyo a nuevas migraciones a las que se les otorga tierras
en zonas de conservación.
“Al lado de
estos nuevos colonos, han entrado nuevos y grandes inversionistas. Se configura
así, un singular paisaje en el que grandes fincas, pequeños y medianos
campesinos y grupos de cocaleros coexisten bajo el poder territorial de estas
fuerzas ilegales. Las normas de la colonización, de la apropiación del suelo y
de la inversión pública son frecuentemente establecidas por poderes regionales
que, usualmente, tienen una expresión armada”, señalaron.
Por esto, para
la ambientalista Margarita Pacheco el levantamiento del catastro multipropósito
es una herramienta clave para la defensa de esta región.
“Mientras no
tengamos una cartografía precisa se seguirán tomando tierras porque no hay
límites”, aseguró a Noticias Aliadas. “Es muy fácil seguir ampliando feudos con
fronteras invisibles, aprovechando testaferros, con notariados y registros
arcaicos, porque los límites de los parques, de las reservas forestales y de
los resguardos indígenas no son claros”.
El gobierno es
consciente de esta necesidad y anunció que el programa piloto para el
levantamiento del catastro iniciará en la región de la Amazonia aproximadamente
el próximo noviembre. “El tema más delicado de la Amazonia es el tema de
acaparamiento extensivo de las tierras, y por eso vamos a comenzar el catastro
en esta región, la identificación de esos predios, es el reto más grande que
tenemos hoy en día”, dijo el ministro Lozano.
Aprovechamiento
del bosque
Para el Instituto
SINCHI, si bien hay que trabajar para que el 12% de la Amazonia que ya está
intervenida pueda migrar a un modelo sostenible, no hay que olvidarse de las
oportunidades y el potencial existente en el 88% que permanece intacto.
El reto es
implementar un modelo para que se mantenga, consolidando modelos de
aprovechamiento sostenible, dado que esa porción de territorio le genera
beneficios ambientales a todo el país, como regulación climática y para que el
12% logre consolidar un modelo distinto al actual en cuanto a su uso y
ocupación.
“El bosque no es
para tenerlo en una caja de cristal, se puede hacer aprovechamiento sostenible
sin tumbarlo todo. Proyectos de turismo ambiental, polinización, producción de
artesanías, entre otros. La meta es mantener el bosque en pie, generando
bienestar a las comunidades”, aseguró Murcia.
En un fallo
histórico de abril del 2018, la Corte Suprema de Justicia declaró a la Amazonia
como sujeto de derecho en buscar de proteger este ecosistema, y ordenó al
gobierno tomar una serie de medidas para su protección.
Un año después,
y pese a una baja reducción en las proyecciones de reducción del bosque, no se
ha logrado detener la deforestación. El Ministerio del Medio Ambiente es
optimista y considera que en el 2020 se recogerán los frutos de medidas como la
creación del Consejo Nacional de Lucha contra la Deforestación y del llamado
Plan Artemisa, coordinación interinstitucional entre la fuerza pública, la
Fiscalía, las autoridades locales y la autoridad ambiental, para contrarrestar
este flagelo.
Los expertos
coinciden en que se debe involucrar además otros ministerios como el de
Agricultura, favorable al desarrollo agroindustrial en la frontera amazónica,
el del Interior que debe empoderar a los indígenas en su rol de guardianes del
bosque, y el de Educación que debe propender por un cambio cultural frente al
manejo y visión del territorio.
No obstante, los
expertos coinciden en que falta mayor articulación de los diferentes
ministerios y entidades del Estado para lograr el objetivo común de proteger la
Amazonia y, más aún, consideran que se debe trabajar en un cambio cultural en
el que un hacha clavada en el tronco de un árbol no sea señal de progreso y
desarrollo.
Por JENNY GONZÁLEZ CAMACHO
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