martes, 27 de agosto de 2019

UNAS 25.000 ALETAS DE ANIMALES SACRIFICADOS EN LOS MARES DE PERÚ Y ECUADOR, TENÍAN COMO DESTINO, CHINA





En una importante operación de Aduanas de la Superintendencia Nacional de Administración Tributaria (Sunat) en el Callao, dio intervención a un cargamento récord de alteas de tiburón cuyo origen generaba  fuertes sospechas.

La operación dejó al descubierto entre 100 y 150 sacos que tenían en su interior miles de aletas dorsales de especies que de manera preliminar han sido identificadas como pertenecientes al tiburón azul (prionace glauca) y tiburón zorro (alopius pelagicus), entre otras incluidas en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

“El precio de esta exportación sospechosa de aletas parece poco (US$630 mil) comparado con el valor del oro, la madera y otras materias primas enviadas al extranjero, pero el daño final para la naturaleza y el ecosistema marino es invaluable”, dijo uno de los responsables de las pesquisas.

Según la investigación, las compañías involucradas serían, Angaff SAC, Huiman SAC, Lamarqocha Inversiones SAC con sede en Lima; Inversiones Perú Flippers de Callao EIRL; y Marea Blue EIRL de Tumbes. Empresas todas, jóvenes, dedicadas a lasimportaciones desde Ecuador y exportaciones a China continental y a Hong Kong, mercados que comercializan las aletas de tiburón en el negocio gastronómico o las industrializan por sus supuestas propiedades afrodisíacas.

Actualmente, Perú es el tercer país exportador de aletas de tiburón a nivel mundial y el mayor proveedor latinoamericano de este producto hacia China, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).



Según las investigaciones de Aduanas de la Sunat el recorrido de los cargamentos de aletas de tiburón inicia en Ecuador –que prohibió cualquier tipo de actividad pesquera o extractiva cuyo objetivo sea esta especie el 2007–, llega al Perú y acaba en el puerto del Callao o en otro de la costa norte del país. En estos lugares, un grupo de exportadoras locales, previa coordinación con sus proveedores, espera la carga ilícita para enviarla a su destino final en Asia.

Fuentes del sector que lucha contra el tráfico de aletas de tiburón revelaron la inacción del Estado en la lucha contra las organizaciones dedicadas a la extracción y contrabando de especies acuáticas en peligro de extinción. Las entidades encargadas de articular estas acciones son la Policía Nacional, Fiscalía Especializada en Materia Ambiental y el Organismo Nacional de Sanidad Pesquera (Sanipes) del Ministerio de la Producción.

El Ministerio Público puede llevar el caso al Poder Judicial por delito de extracción ilegal de especies acuáticas. Consultado sobre el accionar usual en estos procesos, el procurador público del Ministerio del Ambiente Julio Guzmán dijo que sí el caso llegara a judicializarse y acabara en una sentencia (el delito es castigado hasta con cinco años de prisión) la carga podría llegar a incinerarse por no tener ningún uso gastronómico o industrial en el Perú.

El tráfico de estas especies –cuya origen real es “lavado” en la exportación– sigue a nivel global pese a que su captura tiene restricciones en ciertos países y de que podría llevarlas a la extinción si no se controla su comercio, de acuerdo a la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites). En la Conferencia de las Partes Cites –a llevarse a cabo en Sri Lanka el 2019– podría aprobarse la propuesta del Perú de realizar un inventario de las aletas de dichas especies con el objetivo de limitar los permisos para su comercio.

Perú se ha convertido en la ruta de salida de países con prohibiciones como Ecuador ante la alta demanda del mercado asiático. De acuerdo el Departamento de Productos Pesqueros de PromPerú, el país ha exportado más de 360 toneladas de aletas de tiburón en los dos últimos años, que fueron cotizadas en US$10 millones en valor FOB (valor utilizado para calcular los montos de las exportaciones).

Por Óscar Castilla C. y Leslie Moreno Custodio

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