OJO PESTAÑA Y CEJA MIS ESTIMADOS SEGUIDORES: No se deje engañar por las Grandes
manifestaciones estremecieron Rumania a principios de febrero de 2017. Los
medios de difusión internacionales anunciaban la caída inminente del gobierno
de Sorin Grindeanu, pero al final nada sucedió. Para Valentín Vasilescu,
experto en temas militares y militante de la oposición rumana, todo fue una
operación psicológica organizada por el ejército rumano y el Pentágono para
comprobar el grado de penetración de sus homólogos rusos en el país. Lo
sucedido trae a colación el desarrollo de Rusia en materia de PsyOps, ahora
capaz de rivalizar, también en ese ámbito, con los servicios de la OTAN.
¿Qué son las PsyOps?
La CIA –con su División de
Operaciones Secretas– y el Pentágono –a través de su Dirección de Operaciones y
Mando de las Fuerzas Especiales– han adaptado a la lucha las nuevas tecnologías.
Esto ha extendido el enfrentamiento militar a entornos no convencionales
(informacional, sicológico, etc.) y ha dado lugar a la aparición de nuevos
métodos de acción propios de esos entornos así como a la creación de fuerzas no
convencionales.
Las campañas del siglo XXI van más
allá de los tiempos en que los soldados se limitaban a matarse entre sí. En
materia de operaciones de información, no hay destrucción física del adversario
sino una búsqueda de vías o posibilidades para influir en su mente y controlarla.
Los daños que causan las PsyOps [Operaciones Psicológicas] se reflejan en la
aparición de cambios en el plano cognitivo y mental.
El blanco de las operaciones de
información no son individuos en particular sino, más ampliamente, poblaciones
enteras de zonas geográficas bien definidas. Las agresiones informacionales más
elaboradas son las denominadas como de «segunda generación»: el ejército vigila
durante mucho tiempo la infraestructura de información del Estado seleccionado
como blanco para desestabilizarlo en el momento preciso y bloquearlo. Aunque
ese Estado logre aplicar medidas de protección sicológica, estas resultan
generalmente ineficaces para contrarrestar ese tipo de agresión.
Las Operaciones Psicológicas como
herramienta capaz de provocar desórdenes sociales
Durante la manifestación contra
Nicolae Ceausescu ordenada por el Comité Central el 21 de diciembre de 1989,
que precedió el golpe de Estado en Rumania, estructuras del ejército rumano
especializadas en guerra sicológica lograron romper la concentración provocando
en la multitud un estado de agitación y pánico inducido por el uso de potentes
altoparlantes. El ejército se ocupó del sistema de amplificación de aquel mitin
utilizando 10 vehículos emplazados de manera que no eran visibles pero en un
ángulo determinado de forma tal que el eco de la plaza produjera el efecto
sonoro deseado. Aquellos vehículos blindados de transporte de tropas y camiones
del ejército estaban equipados con un material sonoro que producía una fuerte
vibración de baja frecuencia. Ese equipamiento pertenecía a la llamada «Sección
Técnica de Operaciones Sicológicas para la Propaganda Especial».
Desde aquella época, cada vez más
numerosos microprocesadores de bajo costo han hecho avanzar la tecnología de la
información, en particular en sectores como la televisión por cable, la
telefonía móvil y las redes de internet. A ese tipo de tecnología se unió la
creación y organización de numerosos grupos, supuestamente espontáneos y
festivos, cuyos miembros podían ser emplazados en diferentes lugares.
El fenómeno en sí se desarrolló en
los países de Occidente y se denominó Smart Mobs, o sea “Comunidades Inteligentes”.
Esos grupos comenzaron a utilizarse en la realización de acciones rápidas y con
objetivos bien precisos, los llamados Flash Mobs o “Movilizaciones Relámpago”,
en ese marco una “comunidad inteligente” puede reunirse rápidamente en un lugar
público para realizar allí una breve manifestación y dispersarse tan
rápidamente como se concentró en el lugar.
Internet, Twitter y Facebook no son
más que canales públicos para la transmisión de datos. Los publicistas ya han
adquirido experiencia en el uso de Twitter y Facebook. Pero los ejércitos han
tenido también en cuenta la posibilidad de interferir el mensaje y, lo que es
peor, de engañar.
¿Operaciones sicológicas en la Plaza de la Victoria?
Algunas fuentes afirman que las
manifestaciones registradas en Rumania a inicios de 2017 fueron resultado de
operaciones sicológicas de origen nacional. Toda la operación se llevó a cabo a
través de las redes sociales y por contagio. Y logró reunir a más de 600 000
rumanos en 10 grandes ciudades del país.
La fórmula utilizada paree ser la
misma de la manifestación que reunió más de 100 000 personas, el 21 de agosto
de 1968, para condenar la invasión soviética de Checoslovaquia. La decisión de
organizar aquel tipo de manifestación en contra de Moscú necesitaba un respaldo
popular. La Securitate había utilizado entonces los canales existentes en aquel
momento –la radio y la televisión– para preparar sicológicamente a la población
y garantizar que la concentración tuviese lugar en la Plaza del Palacio, frente
a la sede del Comité Central.
Lo más irónico en las manifestaciones
rumanas de 2017 es que, sin motivo aparente, quienes más se implicaron fueron los
ricos, en un país que cuenta más de 5 millones de pobres. Se expresaron
pacíficamente, proyectando consignas con luces de laser sobre las fachadas de
los edificios, en una atmósfera de carnaval, comportamiento fuertemente
contrastante con el de una verdadera revolución, donde el pueblo se ve obligado
a salir a la calle y recurrir a la violencia porque no halla respuesta a sus
necesidades básicas –como alimentación, ropa, etc.
Así que, en contraste con las
«primaveras árabes», las manifestaciones registradas en Rumania parecían
previstas para no hubiese injerencia externa, manteniéndose bajo control y
buscando alcanzar una finalidad. Y, en efecto, probablemente se mantuvieron
permanentemente bajo control de las estructuras nacionales a cargo de las operaciones
sicológicas.
Todo sucedió, no como si alguien
quisiese derrocar las instituciones sino como si se tratara de medir la
penetración en la población de las estructuras de operaciones extranjeras, en
este caso las rusas. Esas manifestaciones permitieron también verificar la
capacidad de movilización de la población, en caso de que ocurriese una
situación como la que se vivió en Checoslovaquia en 1968.
Si esta hipótesis llegara a
confirmarse, la única pregunta interesante sería la siguiente: ¿Fue o no parte
de esa operación el Partido social-demócrata (PSD), actualmente en el poder?
Muchos habrán notado la presencia de
equipos de CNN, Al-Jazeera, CCTV (la televisión china) y de BBC, que
transmitían las manifestaciones en vivo. También estaba Russia Today,
precisamente con Nikolai Morozov, quien reportó los acontecimientos de
diciembre de 1989. Nadie duda que esos equipos hayan tenido que lidiar con los
especialistas en operaciones sicológicas que siguieron y mantuvieron en secreto
los detalles de la operación.
Toda operación militar, y por tanto
toda operación sicológica, tiene que contar con una cadena de mando. El
análisis detallado de los mensajes a través de Twitter y Facebook ha permitido
descubrir «nodos de red», o sea estados mayores implicados en la operación.
Estos están entrenados en el uso de métodos de control de las multitudes para
crear una situación de contagio entre individuos de diferentes medios y
orígenes.
Los especialistas en operaciones
sicológicas disponen de un panorama instantáneo de la situación en el terreno.
De esa manera, los estados mayores logran localizar fácilmente los «repetidores
de opinión», o sea los individuos que influyen sobre los demás. Los
especialistas pueden entonces optar entre informarlos sobre el proyecto o
mantenerlos en la ignorancia de lo que está sucediendo. Eso explica por qué
algunos medios rumanos evitaron revelar detalles de las operaciones sicológicas
o los interpretaron de forma voluntariamente errónea para disimular a los
autores.
Estados Unidos creó en Rumania la más
fuerte estructura de operaciones sicológicas de toda la OTAN
¿Tienen los órganos rumanos la
capacidad de organizar algo? En Rumania, país miembro de la OTAN situado en el
flanco oriental de ese bloque militar, el Pentágono ha creado la estructura más
eficaz de la alianza en materia de operaciones sicológicas. El Mando de
Operaciones Especiales (COS, siglas en inglés) de las fuerzas terrestres de las
fuerzas armadas rumanas incluye el conjunto de estructuras capaces de ejecutar
cualquier tipo de misión no convencional, en Rumania o en el extranjero. La
Dirección de Acciones Sicológicas es el elemento más importante entre los que
dependen del COS y funciona en el seno de la Dirección de Operaciones del
estado mayor general. Se compone del Servicio de Análisis y Evaluación de
Objetivos del Servicio de Planificación y Gestión de Operaciones Sicológicas y
del Servicio de Influencia Sicológica sobre el Enemigo.
Se ha creado un Centro de Operaciones
Sicológicas que cuenta con los mejores profesores de sociología, con
investigadores en sicología, realizadores de televisión experimentados,
expertos en relaciones públicas, instructores estadounidenses en operaciones sicológicas,
etc. En Afganistán, los militares rumanos –que en realidad son en ese país una
fuerza de ocupación– publicaron y difundieron entre la población local la
revista Sada e Azadi (“La Voz de la Libertad”), en 440 000 ejemplares, con
artículos en 3 idiomas –inglés, dari y pashto. También crearon una estación de
radio, con el mismo nombre, con transmisiones durante las 24 horas del día.
Fuerzas especiales, una extensión de las PsyOps
Después de la guerra de Vietnam,
donde se experimentó con los rudimentos de las operaciones sicológicas, el
ejército de Estados Unidos agregó, a las 4 armas ya existentes (que ya incluían
el Cuerpo de Marines, o sea la infantería de marina), un Mando de Operaciones
Especiales (US Special Operations Command) –los Boinas Verdes– cuyos miembros
están organizados en 5 grupos asignados a cada uno de los cincos mandox s
continentales de las fuerzas armadas estadounidenses (EuCom, CentCom, AfriCom,
PaCom y SouthCom). Se les dio incluso formación en materia de lenguas
extranjeras y sobre las costumbres de los pueblos de las regiones geográficas a
las que estaban asignados.
Operaciones sicológicas y fuerzas especiales en función de golpes de Estado
El manual titulado La lucha no
violenta en 50 puntos, elaborado por el coronel Robert Helvey, ha servido de
guía en todas las «revoluciones de colores», e incluso en la antigua Unión
Soviética. Robert Helvey inició su carrera en el mundo de las operaciones
sicológicas durante la guerra de Vietnam y se convirtió después en el asistente
de Gene Sharp en el seno de la Albert Einstein Institution. Helvey describe los
métodos que deben utilizar los manifestantes profesionales para sobreponerse al
miedo y manipular las emociones de las multitudes.
Gene Sharp, el coronel Robert Helvey
y el coronel israelí Reuven Gal –director de la Acción Sicológica en las
fuerzas armadas de Israel– organizaron juntos numerosos intentos, en ocasiones
exitosos, de «derrocamientos de régimen». Después de que Hugo Chávez mencionara
un artículo en el que Thierry Meyssan revelaba esa forma de acción, la Albert
Einstein Institution cedió su lugar al Centre for Applied Non Violence (CANVAS
o Centro para la No Violencia Aplicada), basado en Serbia, y a la Academy of
Change (Academia del Cambio), con sede en Qatar [1].
Las fuerzas especiales ejecutan
misiones que el Estado que las utiliza cataloga como «antiterroristas». Pero la
situación exige a veces que el mando militar adopte un dispositivo de defensa
que le permita, luego de un corto lapso de tiempo, crear las condiciones
necesarias para pasar a la ofensiva. De hecho, el servicio secreto de un Estado
puede realizar un «cambio de régimen» en otro país extranjero, lo cual
constituye… una operación terrorista.
El 7 de abril de 2009, el gobierno de
Moldavia se vio ante un intento de golpe de Estado que provocó la caída del
gobierno comunista, la realización de elecciones anticipadas y la instalación
de un régimen pro-occidental. Las fuerzas del orden recurrieron a la violencia,
para deslegitimar a los organizadores externos del golpe de Estado y a sus
ejecutores internos. Lo que estos últimos necesitaban a toda costa era que
hubiera actos de destrucción y víctimas para provocar una respuesta de la
policía antimotines.
El 22 de febrero de 2017, el ministro de Defensa Sergei Choigu revela a los parlamentarios rusos la envergadura del nuevo servicio PsyOps de las fuerzas armadas de la Federación.
Conclusión
Si se confirma esta hipótesis, ¿qué
peligro inminente podría hacer que las instituciones rumanas decidiesen
recurrir a las operaciones sicológicas en la Plaza de la Victoria? Para
Rumania, la vecindad con Rusia supuestamente representa un gran riesgo. Si bien
las PsyOps fueron insignificantes después del derrumbe de la Unión Soviética,
su importancia ha aumentado de manera exponencial desde los hechos de 2014 en
la Plaza Maidan, en Kiev. Durante una audiencia en la Duma, el 21 de febrero de
2017, el ministro ruso de Defensa, Serguei Choigu, reconoció que ha
multiplicado en varias veces el número de estructuras especializadas en la
realización de operaciones de información. Esas estructuras tienen ahora un
carácter ofensivo, según los modelos PsyOps existentes en el ejército de
Estados Unidos. Y son más eficaces y poderosas que las antiguas estructuras a
cargo de la contrapropaganda.
El funcionamiento de las nuevas
estructuras rusas PsyOps fue puesto a prueba en los ejercicios militares
Kavkaz-2016, realizados del 5 al 10 de septiembre de 2016. En esos ejercicios
tuvo un papel importante la Dirección de Operaciones del estado mayor general
de las estructuras PsyOps, los Spetsnaz [2] y de las unidades de lucha
cibernética y radioelectrónica. Las fuerzas armadas rusas cuentan con varios
grupos PsyOps distribuidos en 4 mandos estratégicos (Oeste, Sur, Centro y
Este). Esos grupos tienen unidades especializadas para todos los países de la
vecindad cercana o lejana de Rusia.
Las estructuras PsyOps rusas cooperan
con 7 brigadas de las fuerzas especiales (Spetsnaz) y ambas estructuras se
subordinan al GRU [3]. Al integrar a las PsyOps las tecnologías modernas
disponibles en las fuerzas armadas rusas, Moscú también está ahora en
condiciones de ejecutar a escala mundial operaciones de cuarta generación para
destruir, dañar y paralizar todo el poderío de cualquier Estado enemigo.
En Crimea y en la región de Donbass,
Rusia recurrió a la guerra híbrida, un tipo de conflicto militar concebido en
sus laboratorios de estrategia militar. La guerra híbrida se libra
frecuentemente a través de intermediarios, o sea utilizando militares de civil
o sin insignias [que los identifiquen como militares], oficialmente no
reconocidos, camuflados como actores no estatales, como los llamados
«hombrecitos verdes». El componente militar se utiliza cuando se hace necesario
sugerir una invasión.
Según el general [estadounidense]
Philip Breedlove, ex comandante supremo de las fuerzas de la OTAN, Rusia está
en condiciones de crear en cualquier lugar del mundo zonas de exclusión aérea
impermeables a todos los medios de la OTAN (Anti-Access/Area Denial — A2/AD
bubble). El sistema automatizado ruso C4I (siglas correspondientes a Comando,
Control, Comunicaciones, Informática, Inteligencia e Interoperabilidad) es uno
de los componentes del equipamiento de guerra cibernética del tipo ELINT
(Electronic Intelligence o “Inteligencia Electrónica”).
El sistema Borisoglebsk-2 conectado
con los satélites rusos, escanea y graba el tráfico de información (a través de
todos los canales) de las instituciones de seguridad nacional de un Estado. Ese
sistema utiliza trampas electrónicas capaces de suprimir el tráfico o de
saturarlo con información falsa. Otro sistema ruso de guerra electrónica, el
Krasukha-4, interfiere todos los radares terrestres, navales y aéreos así como
los satélites militares y civiles –incluyendo los que deben garantizar la
transmisión de las comunicaciones o las transmisiones de los canales de
televisión.
El elemento esencial de la guerra
híbrida es que comienza por identificar las debilidades y puntos vulnerables
del enemigo en su terreno para explotarlos con la creación de realidades
alternativas, que se transmiten a través de la televisión, de internet y sobre
todo mediante las redes sociales. Esta guerra híbrida puede ser una extensión
del sistema militar al sistema social y político del Estado que es blanco de
ella, inoculándole una percepción predefinida que refleja la visión rusa de la
evolución de los acontecimientos y hechos. El primer resultado es un
debilitamiento de la voluntad y del respaldo de la población, de las
instituciones o de los responsables del Estado al que apunta.
Luego de haber creado las condiciones
para desordenar el sistema social y de haber bloqueado la posibilidad de que
las instituciones de seguridad nacional comuniquen entre sí, Rusia puede
proceder a la realización de PsyOps, bajo la forma de manifestaciones pacíficas
–como las que se vieron en Bucarest en 2017– o de manifestaciones violentas,
que implicarían el uso de fuerzas especiales –siguiendo el modelo de las
«primaveras árabes», si el objetivo fuese el derrocamiento de un régimen pro-occidental
y la instalación de un gobierno pro-ruso.
Rusia dice hallarse ahora en
condiciones de iniciar PsyOps en el exterior y que esa forma de acción, como
herramienta destinada a modificar las esferas de influencia sin recurrir a la
invasión militar, ha dejado de ser un monopolio de Estados Unidos.
Escrito por Valentín Vasilescu Experto militar. Ex comandante adjunto del aeropuerto
militar de Otopeni.
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