martes, 18 de abril de 2017

EL PERIODISMO, LOS JÓVENES Y LA DEMOCRACIA






El Perú tiene la posibilidad de reconstruir el sistema de partidos políticos tras la salida de los que incurrieron en corrupción, y en esa tarea los periodistas desempeñan un papel importante promoviendo un debate de ideas y una visión crítica de los hechos.

En el preocupante contexto actual de la posverdad, los populismos y la corrupción, se ha convertido en común denominador dar a conocer mentiras públicas por medio de informaciones sin sustento, verificación o contraste. Estas mentiras terminan siendo amplificadas por personas públicas que cuentan, narran y dan a conocer un hecho que no coincide con la realidad.

La evidencia, por citar un ejemplo, está en el caso Odebrecht. Mentiras y juegos de culpas frente al poder es lo que investigan los periodistas; por eso, muchos de nuestros colegas son una piedra en el zapato ante los que intentan subestimar a los demás, concentrar el poder y utilizar medios y fondos estatales para intereses privados.

¿Es necesario conocer la verdad para vivir en una sociedad civil? 

La respuesta es afirmativa porque la verdad se genera en la convivencia civil, en la que se reconoce de entrada una igualdad de derechos. Entonces el periodismo tiene la compleja y noble tarea de buscar la verdad y decirla para que exista una opinión pública informada.

Y en palabras de Pulitzer (1904) en su libro El poder de la opinión pública: “En cualquier Estado, con un sistema de gobierno esencialmente democrático, no puede haber algún cambio de dinastía, administración o carta constitucional que no sea consecuencia directa de la acción de la opinión pública”. Por ello, medios y fines deben ser coherentes. No existe democracia sin periodismo.

Negocios sin responsabilidad social o poco transparentes, poderes políticos populistas y corruptos, y la internet de la desinformación intentan tambalear las bases y funciones del periodismo, haciéndolo ver como una profesión fuera del mercado que muchas veces ellos mismos controlan, y reduciéndolo en algunos casos a formatos y técnicas periodísticas. El periodismo es dinámico y cambiante como la cultura, por eso necesita personas, entornos sociales e institucionales que lo promuevan.

Hace una semana, en uno de los debates en clase, un estudiante lanzó esta interrogante: 

¿Deberíamos dejar morir a la prensa?

Tras una pausa, agregó. 

“No, porque el periodismo es la herramienta del contrato social”. Efectivamente, porque es un contrapeso entre gobernantes, autoridades y ciudadanos para el bien común, en un Estado de derecho. Nos sirve para promover la democracia, el desarrollo humano, la verdad, la opinión pública y la prensa libre.

En mi experiencia como docente he escuchado muchas historias motivadoras como esta, de jóvenes que eligen seguir periodismo, aunque el contexto no favorezca nuestra profesión. Es momento de escuchar más a los periodistas que se forman hoy en las aulas, pues allí está, en parte, la sostenibilidad de este oficio y de la democracia.


El Perú tiene la posibilidad de reconstruir el sistema de partidos políticos tras la salida de los que incurrieron en corrupción, y en esa tarea los periodistas desempeñan un papel importante promoviendo un debate de ideas y una visión crítica de los hechos.

Escrito por Franklin Cornejo Urbina es Director de la Escuela de Periodismo de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya (UARM).

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