Continuamente vemos al hijo del
congresista Julio Rosas (tremendo pastor evangélico) debatir en los medios con
los defensores de la Ley que evita las agresiones contra las mujeres, niños y
diversas orientaciones sexuales diferentes a la del heteroxesualismo y que este
apoya la postura de FUERZA POPULAR de derogar el DL que aprobó el gobierno en
el marco de las facultades delegadas sobre Violencia y lucha contra la delincuencia.
Con mucho estupor escucho sus falaces
argumentos, pretende decirnos que lo supremo es la defensa del derecho humano a
la libertad, y todo aquello que se oponga a este derecho no entra como derecho
válido, por ejemplo dice que nadie puede coaptar el derecho de expresión si
alguien "critica" o insulta, veja, amenaza, maldice a un LGTBI, y que
la agresión física se castiga por otras leyes.
Como los LGTBI tienen una postura crítica
a este tipo de corrientes que se oponen radicalmente a otorgarles sus derechos conculcados,
los grupos derechistas, donde los evangélicos de moda han crecido económicamente
han visto como negocio para engordar sus finanzas promover inmensas campañas
para desacreditarlos y combatirlos ideológicamente como sostenedores de ideas
comunistas y radicales a fin de que el macartismo de los medios a su vez
contribuyan a realzar dicha campaña.
El papel de FUERZA POPULAR en ese
sentido es calamitosa, actúa con una pueril intención de contar con el voto
evangélico de paso que cimienta entre sus miembros el macartismo político a
expensas de estas minorías ciudadanas.
Evidentemente, estamos ante un
problema que no deja avanzar a la sociedad y pretende volver a esta más
retrógrada, cruel, insana, hipócrita, y sobre todo fomenta la discriminación y
combate la nueva visión del Papa Francisco, quien en Rio de Janeiro declaró
sobre los gay, "Todavía no me he encontrado con ninguno que me dé el carné
de identidad en el Vaticano donde lo diga. Dicen que los hay. Cuando uno se
encuentra con una persona así, debe distinguir entre el hecho de ser una
persona gay y el hecho de hacer lobby, porque ningún lobby es bueno. Si una
persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para
juzgarlo? El catecismo de la Iglesia católica lo explica de forma muy bella.
Dice que no se debe marginar a estas personas por eso. Hay que integrarlas en
la sociedad. El problema no es tener esta tendencia. Debemos ser
hermanos". Los voceros de Fuerza Popular quieren destruir el deseo humano
de amar a Dios y cumplir su voluntad.
Escrito por Jesús Cáceres Fanola
aburre tanta mentira , en este articulo, estan todos locos, NO A LA IDEOLOGIA DE GENERO
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