El dirigente bancario y vocero de la Coordinadora Nacional de
Trabajadores No + AFP se refiere al clima de impugnación al sistema de
capitalización individual.
Irrumpió el descontento y la indignación contra el sistema de
AFPs. Cientos de miles de chilenos demostraron, este 24 de julio, su bronca
contra el sistema, la política y el robo legalizado, durante las marchas
convocadas en todo el país por la Coordinadora Nacional de Trabajadores No +
AFP, cuyo vocero es el sindicalista Luis Mesina, quien estudió en el Instituto
Superior de Comercio y el ex Pedagógico. Crítico de la CUT, Mesina fue el año
2000 vicepresidente de la central, cargo al que renunció debido a la corrupta
gestión del entonces presidente, el socialista Arturo Martínez. Actualmente, es
secretario de la Confederación de Sindicatos Bancarios y de la Federación de
Sindicatos del Banco Santander, además de presidente del Sindicato Nacional de
Trabajadores del Banco Santander. “Siempre he sido dirigente bancario”, dice.
Señala que la convocatoria surgió porque la Coordinadora trae
un plan de actividades desde hace mucho tiempo, aunque lo más que habían
logrado concentrar en algunas marchas habían sido unas 8.000 personas: “La
última protesta, que fue muy grande, y tuvo cierta cobertura nacional en unas
diez ciudades, fue el 10 de diciembre. En Santiago fue numerosa, incluso fue la
primera vez que hubo detenidos, pero no pasó de 7 mil personas, aunque fue al
medio día de un día laboral. Posterior a la manifestación, conversamos y se
tomó la decisión de probar con una protesta familiar. Hubo convocatorias desde
distintos grupos que simpatizan y están en torno a la Coordinadora, pero que no
forman parte directamente. En Arica, Antofagasta, Copiapó, Concepción y
Valdivia, por ejemplo, nuestra gente se pudo desplegar. Ya había una suerte de
acuerdo de que fuera un día domingo. Finalmente, se decidió hacerla el 24 de
julio. En un primer momento pensamos que sería lo mismo de siempre, pero
comenzaron a surgir flyers, volantes, se empezó a difundir por las redes
sociales de forma muy dinámica, con mucha fuerza. De pronto, se destapó el
escándalo de la pensión de Myriam Olate, la esposa del diputado socialista
Osvaldo Andrade, y hubo una irrupción gigantesca de indignación en las redes.
Nacieron distintos grupos y movimientos de indignados en el país, en las redes,
y esos colectivos, grupos, se suman y convocan o lo hacen por su propia cuenta
para el mismo día, con sus propios mensajes, afiches y creatividad, impulsados
por la presión de las redes. Esos indignados presionaron en las redes, por
Facebook, Twitter, y otras plataformas, con fotos, videos, informativos,
afiches, con humor también. Aparece el Movimiento Indignados Anti-AFPs y muchos
más… Son expresiones que, en la realidad son los famosos colectivos, pero en
Internet es otro mundo, otra forma de relación y opinión. Es gente
desencantada, cansada de la corrupción, de la impunidad. Eso se expresó
claramente, inundó las redes y generó una explosión de bronca que aún es
imposible dimensionar. Creo que la pensión de la ‘socialista’ Olate ayudó a
gatillar esa bronca. Pero ocurrieron otros hechos: se difundió en las redes que
se había cambiado la tasa de mortalidad por parte de la Superintendencia, lo
que implicaba alargar la expectativa de vida y significa una rebaja del 2,2% de
las pensiones. Decisión totalmente arbitraria, una cuestión brutal, o sea, no
hay solución y se perjudica siempre a los trabajadores. Le agregaron varios
litros de bencina a la hoguera con el reportaje donde denunciaron al diputado
Iván Fuentes, involucrado en corrupción. Además, apareció el senador DC
Patricio Walker, que representa a toda esa casta aristocrática totalmente
corrupta en la política, y con desdén a los periodistas que le preguntaron les
dice: ‘Sí, ¿cuál es el problema? Recibimos dinero de los empresarios…’. Los
periodistas no tuvieron la osadía de replicarle. Muchos pensaron: ‘¡Ya es el
colmo!’. Un pobre gueón que fue dirigente pesquero, lo compraron y él se
vendió. Muchos le creían, aunque ya se sabía que era de los trigos sucios. Fue
un baldón para la gente, que ven a un miserable manipulado por un senador
pudiente. Se agudiza la lucha de clases que ellos dicen que es un invento
marxista. Y la última semana se conoció que los 45 directores de las AFPs se
repartieron 3.200 millones de pesos por concepto de dietas, por asistir a una
reunión semanal un par de horas. Indignante… Todo eso fue un caldo de cultivo
para que los trabajadores reaccionaran”.
CHILE DESPERTÓ
-¿Cuál ha sido el papel de la CUT, ANEF, Colegio de
Profesores…?
“Ninguno, aunque muchos se sumaron el día de la marcha. No
son convocantes. Ahora, han estado publicando otra cosa en sus redes. Pero es
de fácil comprobación. A esta altura no pueden intentar subirse al carro. Ellos
no están en la Coordinadora No + AFP. Sí hay organizaciones de base, dirigentes
y sindicatos que pertenecen a la ANEF o a la CUT, que está muy lejos de esto y
no tiene nada, pero nada que ver. Con nosotros participan dirigentes y
sindicatos de las CUT provinciales. Después de la marcha, hemos tenido bastante
presencia mediática. Nunca nos habían dado tanta cobertura en la TV, radios,
medios digitales, aunque siguen tergiversándonos. Pero la gente no se pierde
porque investigando un poco en el computador: No + AFP, salimos nosotros, no la
CUT. La cúpula de la central durante mucho tiempo avaló una AFP estatal y
Arturo Martínez sigue haciendo seminarios promoviéndola. Si la burocracia no va
a cambiar… Lo que sucedió en la marcha del 24 es expresión de lo que la gente
les dijo por las redes: no queremos a la CUT, no queremos a ningún partido
político. Su presidenta, Bárbara Figueroa, salió apoyándonos, no sabemos si lo
hizo oficialmente, y eso ha generado una confusión muy grande. Pero la gente no
quiere nada con ellos. La reacción contra el senador Alejandro Navarro, que
lamentamos, demuestra que la gente no quiere nada con los políticos. Si a
Navarro le hacen eso, imagínate a los demás. Ya no pueden andar por la calle,
vamos para allá”.
-¿Hay intentos de robarse el liderazgo del movimiento?
“Sí, es probable, pero no tienen ninguna posibilidad. Los
medios pueden levantar una figura, tienen ese poder. Levantar, por ejemplo, a
la presidenta de la CUT, pero la gente no les cree, saben que no son ellos los
que están detrás del movimiento contra las AFPs. Hoy en mitines contra las
AFPs, después de la marcha del 24, aparecen diputados corruptos como Daniel
Farcas, dirigentes de la Nueva Mayoría y hasta de la derecha… La organización
de la marcha fue nuestra y en el acto habló una joven del Movimiento
Indignados. Todo lo organizamos nosotros, los permisos, la música… Pueden
tratar de montarse, pero es imposible. En el estudiantado han tratado de
meterse y ¿qué representan? Nada. Las Juventudes Comunistas no representan a
nadie en las universidades. Marchamos más de 750 mil personas en todo Chile, en
provincias donde nunca habían protestado contra las AFPs. Algunos dicen más de
un millón, es una cantidad muy difícil de dimensionar, pero fueron cientos de
miles. Muchos dirigentes sociales, políticos y estudiantiles enviaron tweets,
como Giorgio Jackson o Camila Rojas, presidenta de la Fech. Nos decían que la
marcha fue tan grande como la movilización estudiantil de 2011. Lo que sí
tenemos claro es que es la marcha nacional más grande después de los 90, supera
las estudiantiles, porque fue familiar, un día domingo y con frío. Devela que
el país está cansado. Los cánticos decían: ‘¡Chile despertó!’. Pero la
respuesta del gobierno fue estúpida. ¿Quién respondió? El funcionario que
tienen en comisión de servicio con los grandes empresarios, el ministro de
Hacienda Rodrigo Valdés, y dijo: ‘No hay plata’. El mismo que validó las
fusiones truchas de AFPs y permite que el Estado deje de recibir por concepto
de tributos 400 millones de dólares. ¡¿De qué hablamos!? Tenemos un desafío
gigantesco: sacar de una vez por todas a quienes no cumplen el rol de
funcionarios públicos sino que son representantes del empresariado, enquistados
en el aparato público por los gobiernos de turno. Hay que acabar con ese
maridaje espurio de empresarios y políticos”.
-¿Qué organizaciones sí participan de la Coordinadora?
“La Confederación Nacional de Funcionarios de la Salud
Municipalizada (Confusam), la Federación Nacional de Profesionales
Universitarios de los Servicios de Salud, la Confederación Bancaria, la
Federación de Trabajadores de Wal-Mart, la Confederación de Trabajadores
Metalúrgicos, muchos sindicatos grandes de Concepción, el Sindicato de
Astilleros y Maestranzas de la Armada (Asmar), el Sindicato de Industrias
Chilenas de Alambre (Inchalam), organizaciones del sector público están casi
todas, el Frente de Trabajadores de la Minería, la Unión Portuaria… Los
sindicatos de verdad y, lo importante, lo distintivo en este movimiento es que
es transversal, que es de hecho, no de derecho, que no tiene dirigentes, sino
vocerías. Hoy soy yo, mañana eso puede cambiar. El rol fundamental es responder
al planteamiento que nos unifica: No + AFP”.
“Tenemos propuestas, como el sistema de reparto. Si partidos
y militantes quieren participar con nuestras condiciones, perfecto. Tenemos un
trabajo de años y eso es lo que nos valida. No hay un doble estándar, ni
interés por candidatear a nadie. Son alicientes, pero también eso me hace pensar:
‘¡Puta que estamos cagados! La gente necesita aferrarse a alguien y no se trata
de eso’. Demuestra que hay desesperanza. La Plaza Los Héroes estaba repleta y
de repente me llaman y me dicen que la marcha seguía más allá de San Isidro.
Nuestro audio no se escuchaba más allá de dos cuadras. Fue muy emotivo, se
cantó la canción nacional y El pueblo unido, a algunos no les gustó porque se
identifica con la política, la izquierda, pero la gente lloraba cantando. Al
bajar del escenario, se me acercaba gente a felicitarme, diciendo: ‘Por fin
estamos en la unidad’. Tiene dos lecturas: lo importante de la lucha y el que
nos damos cuenta que la gente está tan desesperada. Desolación es lo que hay, y
es porque se ha traicionado todo cuando han llegado al poder, entonces, la
gente no cree, y cuando ve a alguien que piensa puede representarlos, depositan
en él sus esperanzas. Prima una lógica individualista, no hay construcción
colectiva, y es eso lo que hace falta. Acá tiene que haber un movimiento, no un
sujeto. Hoy tenemos una posibilidad histórica: el pueblo pide a gritos
organización y es necesario construirla en todas partes. En algunos medios nos
han tergiversado, han querido golpearnos tratándonos de populistas, nos han
intentado hacer daño, y lo hacen con su qué, como La Segunda. ¿Para quién
escriben esos reportajes? Lo importante es que el movimiento contra las AFPs
crece y se masifica a todo nivel. Y nos están pegando para intentar botarnos,
confundiendo, dando tribuna a quiénes nunca han estado acá, diciendo que está
la CUT y los partidos metidos. Han dicho que milito, que quiero el poder, pero
no me interesa responderles. Cualquiera puede buscarnos en Internet o leer mis
opiniones sobre la CUT y la política tradicional”.
TODOS AL FONDO E
-¿Qué viene ahora?
“Sumar a la mayor cantidad de gente y cambiarse al Fondo E,
porque si una amplia mayoría nos cobijamos en ese fondo, no podrán especular
como lo hacen hoy en el mercado bursátil y utilizar esos recursos para colocar
directores, financiar a los bancos, Isapres, el retail, etcétera. Tendrían que
invertir en renta fija, en papeles del Estado y, en consecuencia, el negocio de
las AFPs colapsa inmediatamente. Si un 80% de los trabajadores se cambian,
colapsa. Esa es desobediencia civil, un acto pacífico de rebeldía”.
“Nos dicen: ‘Sigan en los fondos A y B’. Les notificamos:
‘¡No lo vamos a hacer, nos vamos a ir al Fondo E!’. Al Fondo E se le permite
que el 5% pueda ser invertido en riesgo. Los papeles del Estado rentan menos,
pero con rentabilidad garantizada. Así se acaba el negocio para los
especuladores y el Estado tendría que invertir en proyectos que nos beneficien,
por ejemplo, el Metro, hospitales o el litio que ahora está en manos de SQM.
¿Qué van a hacer los dueños de las AFPs y el gobierno?”
“El miércoles 10 de agosto realizaremos una Jornada de
difusión, educación y propaganda, que va a culminar a las 21:00 horas en una
Protesta popular, un cacerolazo en las poblaciones y plazas del país. Tendremos
distintas actividades: mitines de propaganda frente a las AFPs, para difundir
aun más este movimiento, para que la gente no se deje embaucar por los cantos
de sirena que dicen que van a modificar el sistema, ¡pamplinas! Todas apuntan a
gravar aún más a los trabajadores, aumentar la edad de jubilación -que es lo
que están planteando y quieren imponer-, aumentar el pilar solidario, que
significa distraer más recursos del Estado para financiar pensiones que son
administradas por empresas privadas, donde todos perdemos y solo ganan ellos, y
aumentar la cotización, obligar a los trabajadores independientes a cotizar…
Este domingo 21 de agosto convocamos la Segunda marcha familiar. En las redes
se empezó a plantear que lo del 10 de agosto es organizado por la CUT. La
Coordinadora Nacional de Trabajadores No + AFP siempre los días 10 hace
jornadas de propaganda, porque ese es el día en que los empleadores tienen que
depositar las platas que descuentan. Ese día se les vence el plazo, es una
fecha simbólica: el día que nos roban”.
-¿Si el movimiento crece y los trabajadores se cambian al
Fondo E, si empiezan a organizarse, hacia dónde va esto? ¿Dónde podría apuntar
la organización?
“Al fin de las AFPs, por supuesto. Vamos hacia allá, no lo
veo muy lejano, hacer colapsar este sistema de robo a los trabajadores, a los
jubilados. Como lo dijimos: ‘¡Que tiemble Chile!’. Queremos que tiemble, que
las estructuras sobre las cuales se ha construido este sistema, como la
Constitución del 80 y el sistema de pensiones que es el que permite el
mantenimiento de este modelo económico que provee de recursos baratos a los
grandes grupos económicos, fomenta la concentración de manera brutal y la
redistribución regresiva del ingreso, financia la estrategia de colusión de los
grandes consorcios: pollos, cerdos, farmacias, papel higiénico, bencineras,
retail, financieras, etcétera… que se derrumbe. Se han coludido sobre la base
del financiamiento que les proveen las AFPs. Colapsar esto es darle un golpe al
sistema para que caiga. Se obligaría al Estado a intervenir. ¿Qué dicen como
política del terror? Que es gravísimo, que se derrumbaría el mercado de
capitales. Pero ese es el mercado que sirve para que se financien los grupos
económicos y asfixia a los pequeños porque no les prestan plata. Si colapsan,
el Estado deberá activar la banca pública, una que efectivamente sea de
fomento. La culminación de esto es la lucha por un sistema de seguridad social.
Si caen las AFPs, caen también las Isapres, toda la estructura putrefacta de
este sistema. Sería una conquista histórica de los trabajadores, porque le
plantearía a los chilenos que es posible darse otras metas, otro modelo de
sociedad mucho más justo. Se abriría un abanico de potencialidades, de
demandas”.
POR ARNALDO PEREZ
GUERRA
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