Como en anteriores procesos
electorales, los medios de comunicación vienen desempeñando un rol importante
en el marco de la campaña. Son la vía principal para que los candidatos y
candidatas sean conocidos y/o consoliden sus imágenes ante la opinión pública.
También constituyen un importante vehículo para que candidatos y candidatas
difundan los planteamientos centrales de sus planes de gobierno. El espacio
mediático es, así mismo, la arena principal del análisis y debate de propuestas
electorales, en él concurren no sólo candidatos sino también periodistas y
especialistas en diversas áreas de la vida económica y política del país.
Los medios tienen otras implicancias
políticas que van más allá de las campañas electorales pero que son
especialmente relevantes en la coyuntura que vive el país. Son actores clave en
la construcción de las agendas públicas y políticas, no sólo en la proyección
de los temas que aparecen y cobran vigor en la esfera pública sino también en
el ocultamiento o escasa visibilidad de determinadas problemáticas y actores.
Los medios contribuyen también a generar determinados encuadres (positivos o
negativos) sobre los temas de agenda, los políticos y sus propuestas de
gobierno. Y son, finalmente, poderosos agentes de socialización política para
amplios sectores sociales. El protagonismo de los medios en la política peruana
es mayor en los últimos añosdebidoa la debilidad (o inexistencia) de los
partidos políticos.
Pero los medios no son, ni por asomo,
imparciales o neutrales. Mucho menos en el marco de campañas electorales. Los
grupos empresariales, tanto los propietarios como actores influyentes en el
ámbito mediático, canalizan muchas veces de manera burda y otras de forma casi
imperceptible para las audiencias, sus apuestas políticas en favor de candidatos
que garanticen la continuidad del modelo económico neoliberal y los privilegios
de los que gozan los grupos económicos nacionales y extranjeros. Los sesgos
editoriales habituales en cualquier parte del mundo han sido desplazados por
una acción de tipo propagandístico en favor o en contra de determinadas
candidaturas.
Desde inicios de año se ha hecho más
notorio el tratamiento periodístico favorable que los grupos mediáticos más
importantes del país ponen en práctica en relación con las candidaturas de Keiko
Fujimori, Pedro Pablo Kuczynski y Alan García. Se trata de personajes sobre los
cuáles se investiga muy poco o nada y, difícilmente, son objeto de
cuestionamientos en entrevistas y reportajes en el marco de la campaña
electoral.
En diversas regiones las radios y
televisoras comunitarias y educativas desempeñan un rol importante de apertura
al debate equitativo de propuestas electorales, incorporando a sectores de la
sociedad civil muchas veces ausentes en la discusión política. El problema de
estas experiencias es que experimentan un escenario cada vez más complejo
debido al predominio de los grupos mediáticos capitalinos que captan más del
80% de la inversión publicitaria comercial y del gasto estatal en materia de
avisaje y campañas de comunicación.
Todo lo anterior no parece repetirse
en cada elección. Sin embargo, en los últimos años se han incrementado las
experiencias de periodismo independiente que proponen una manera distinta de
informar y analizar -con rigor y haciendo uso de las tecnologías de información
y comunicación, sobrela marcha del proceso electoral- los antecedentes y las
propuestas de los candidatos y candidatas. A experiencias que se iniciaron hace
algunos años como IDL Reporteros, La Mula y Útero, entre otras, se han sumado
Ojo Público, Convoca y otros colectivos de periodistas que en alianza con
hackersrefrescan y a la vez desafían a los medios y formas tradicionales de
hacer periodismo en el marco de campañas electorales.Lamentablemente es mucho
mayor la capacidad que tienen los grupos mediáticos para producir y diseminar,
de manera sincronizada, contenidos tanto en la televisión, la radio y la prensa
como también en el ámbito de Internet y las redes sociales.
Cabe señalar también que el uso de
redes sociales como Facebook y Twitter por parte de candidatos y fuerzas
políticas se ha intensificado en esta campaña. De hecho, Julio Guzmán lanzó a
través de las redes sociales y con mucha anticipación su candidatura
presentándose como el outsiderde cara al proceso electoral. Así mismo, Verónika
Mendoza y Alfredo Barnechea usan las redes sociales como los vehículos
principales para visibilizarse y situar sus propuestas electorales en el
espacio público. Pero los límites de Internet tienen que ver con variables
vinculadas al uso social de estas herramientas en el terreno político: nivel
socioeconómico, edad, área de residencia (urbano – rural) y nivel educativo,
principalmente. Además, si bien Internet muestra cierta eficacia en sectores
socioeconómicos altos, jóvenes y adultos de zonas urbanas, la mayoría de la
población que sigue la campaña lo hace a través de los medios tradicionales:
televisión, prensa y radio.
En suma, más continuidades que
cambios en el comportamiento de los principales grupos mediáticos del país en
el marco de la campaña electoral, en lo que parece ser un tiempo cíclico en el
cual es muy difícil imaginar un escenario mediático (incluidas las redes
sociales) que favorezca una competencia electoral equitativa y un amplio debate
de propuestas entre candidatos y candidatas.
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