Luego de la audiencia de este
miércoles en que el pleno Jurado Nacional de Elecciones (JNE) escuchó los
alegatos de la defensa de Todos por el Perú para salvar la candidatura
presidencial de Julio Guzmán, buscamos al politólogo y experto en temas
electorales Fernando Tuesta, para hablar sobre este caso.
Los magistrados del JNE dejaron al
voto su decisión final. Hay dos caminos por los que pueden optar para su
veredicto: el primero, que si se cometió una falta a las normas, el
procedimiento indicaría que la candidatura no puede continuar. El otro tiene
que ver con el tema de la proporcionalidad entre el error y la sanción.
Tuesta considera que el marco legal
actual es inadecuado para nuestros partidosy que, en ese contexto, empuja a las
mayoría de organizaciones políticas a buscar la manera de sacarle la vuelta a
la ley, pero que, por encima de ello, se debe preservar el derecho de
participación política.
¿Cuál es su primera impresión de la
audiencia del JNE para ver el caso de Julio Guzmán?
En primer lugar, creo que el derecho
de participación política no solo es fundamental, sino que hay que preservarlo.
Con el deterioro de la política, posiblemente se ha llegado a tener un marco
normativo inadecuado para nuestros partidos, acompañado de una frondosa
normatividad. Con esto, es muy difícil que los partidos realmente existan sin
que de alguna forma burlen la ley. Por ello es inexplicable que haya 20
partidos inscritos, pese a tener una ley exigente, esta es burlada, pues se
privilegia documentos, procedimientos, en muchas ocasiones falsos, que no
responden a la realidad. El tema de elecciones internas es un ejemplo. No creo
que haya partido en el Perú que haga bien las cosas. Es decir, con elecciones
limpias, transparentes, legítimas, adecuada a la legalidad de sus propias
organizaciones.
Como en el caso de Guzmán y Todos por
el Perú...
En este caso se trata de un grupo de
gente novata, que ha tratado de cumplir con las reglas como puede. Pero en
general, cualquiera sea el caso, es legítimo preguntarse si es proporcional
aplicar una sanción excluyendo una candidatura. Sobre todo cuando no se trata
de cometer un delito o no cumplir con los requisitos de inscripción. He leído
que no se trató igual en el caso de Álex Kouri en las elecciones municipales de
Lima en el 2010 (cuando fue excluido por datos incorrectos en su hoja de vida,
donde puso que vivía en la capital cuando estaba registrado en el Callao). Este
caso es distinto, pues el derecho a ser elegido es un derecho consagrado en la
Constitución basado en requisitos mínimos. Residencia en el lugar en donde
quieres ser representante es uno de ellos. Kouri ni siquiera apeló. Por lo
demás para ser candidato no necesitas más que cumplir los requisitos. Pero a
esos, se les han agregado normas que se han convertido en requisitos de facto,
con lo que se ha abierto un amplio abanico de interpretaciones. Lo más
importante es lo que el elector responde. Por ejemplo, a César Acuña no se le
ha retirado de la campaña (por el tema de los plagios), pero ya la encuesta de
Datum muestra un freno a su ascenso, probablemente relacionado a las recientes
acusaciones. Entonces, el elector ya está haciendo uso de su intención de voto.
Si el JNE decide fallar a favor de
Guzmán, ¿no sentaría un precedente negativo con respecto a la realización de
elecciones internas dentro de los partidos?
No se trata de no cumplir la ley,
sino que es necesario evaluar el conjunto de normas, jerarquizarlas y ajustar
los reglamentos a la realidad. Es decir, el objetivo debe ser adecuar los
procesos a la realidad. No puedes tener leyes que nadie cumple, porque todos
las violan, como en el tema del financiamiento y la propia inscripción. ¿De
verdad los 20 partidos inscritos han juntado cientos de miles de firmas
válidas? ¿Los organismos electorales nos engañan? No. Hacen lo que pueden. En
este caso encontrar coincidencias, pero las firmas podrían haber sido
falsificadas.
¿Y con respecto al financiamiento,
qué se debería hacer?
Encima que los partidos no reciben
financiamiento público y no tienen plata, existen topes y sanciones. Entonces
los partidos violan la Ley. Ante esta disyuntiva se debe proteger, hasta donde
se pueda, el derecho a la participación política. Yo personalmente defendí al
entonces candidato Luis Castañeda (en las elecciones municipales de Lima del
2014) cuando lo quisieron retirar por el tema de su hoja de vida. Me parecía
desproporcionada la medida por haber mentido en su Hoja de Vida en relación a sus
estudios. Es fundamental el aspecto a valorar.
¿Qué tipo de modificaciones deberían
hacerse, quizás para que no haya tantas trabas o más facilidades?
No se trata de facilidades, sino que
los requisitos sean los fundamentales y que las normas de menor jerarquía
respondan a la realidad. Por ejemplo, si no hay manera de parar las firmas y
comités falsos hay que pensar en otras posibilidades. Que los partidos se
inscriban con pocos militantes, pero que participen obligatoriamente en
elecciones internas organizadas por organismos electorales y cuyos resultados
sean vinculantes. Si un partido no logra convocar 1% del padrón electoral, pues
pierde la inscripción. Solo los que superan este primer umbral pueden inscribir
candidaturas y solo ingresan al parlamento quienes superan el 5% y consiguen 7
congresistas. Y así evitamos la falsificación y todo lo que tenemos al frente.
Finalmente, ¿cuál es su apreciación
de la última encuesta de Datum?
Básicamente, lo que está en juego es
quién pasa a la segunda vuelta. Keiko Fujimori se mantiene y Guzmán confirma su
crecimiento. Alejandro Toledo ha pasado casi al rubro de "otros", y
Acuña se ha frenado, probablemente por las denuncias recientes. Esta encuesta
ya nos coloca en una situación distinta, que podrá cambiar sustantivamente si
Guzmán es retirado (LaMula, miércoles 10 de febrero del 2016).
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